El FMI (Fondo Monetario Internacional) reiteró su apoyo al plan de ajuste del Gobierno, pero insistió con la necesidad de aplicar más medidas económicas que protejan “a los más vulnerables”.
“Hemos estado enfatizando la necesidad de aumentar la asistencia social para apoyar a los pobres, asegurando que la carga del ajuste no caiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras y recomendando a las autoridades que hagan esfuerzos para aumentar la asistencia”, explicó Julie Kozack, vocera del Fondo, durante una conferencia de prensa que ofreció en DC.
En este contexto, Kozack alentó al equipo económico que lidera Luis Caputo a “dar mayor prioridad a las reformas a nivel micro que puedan desbloquear barreras de entrada que puedan promover el empleo formal en el país y atraer inversión privada”.
La vocera exhibió en la conferencia de prensa que preocupa detrás del cortinado al board del FMI. En DC, los directores del G7, como Alemania, Japón y Canadá, sostienen que el ajuste de Argentina permite cumplir las metas acordadas con el Fondo, pero aún no pudo resolver asuntos claves como la desocupación, la vigencia del cepo y la escasa inversión directa que ingresa al país.
Al margen de la insistencia respecto a medidas estratégicas que debería sumar el Palacio de Hacienda ante la actual situación económica, Kozack rescató el cumplimiento de todas las metas del programa de Facilidades Extendidas que heredó este gobierno desde la administración política que compartieron Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa.
“Este acuerdo refleja la fuerte apropiación y la implementación decisiva por parte de las autoridades. Todos los objetivos clave del programa se cumplieron con amplios márgenes”, afirmó la vocera del FMI cuando hizo referencia a la aprobación de la octava revisión del acuerdo que ya está en manos del board.
Sin embargo, y pese a los elogios, el directorio del FMI descartó ejecutar un desembolso extra de 15 mil millones de dólares que pretendían Javier Milei y Caputo para fortalecer las reservas del Banco Central y liberar el cepo cambiario.
Esta decisión política del board, que respalda la Secretaría del Tesoro, gatilló filosas de críticas en la Casa Rosada y en el Palacio de Hacienda. Milei sostiene que el FMI ayudó al anterior gobierno, que incumplió todas las metas en los últimos tres trimestres del 2023, y que no abrió la mano para conceder un desembolso extraordinario que le hubiera permitido “acelerar” los tiempos del plan de ajuste.
En el directorio del FMI se conocen las críticas que hacen Milei y Caputo en la intimidad del poder, pero optaron por escuchar en silencio y mantener el control de sus propios tiempos. Es decir, ya saben cómo funciona Argentina frente a sus recurrentes crisis económicas y no quieren repetir las experiencias que sufrieron sus antecesores en épocas de Mauricio Macri y Alberto Fernández.
Desde esta perspectiva, los directores del Fondo concederán el desembolso previsto en la octava revisión, cerca de 800 millones de la moneda estadounidense, y aguardarán la evolución del programa de ajuste antes de sugerir, siquiera, que es posible negociar un nuevo acuerdo que implique postergar, de nuevo, los pagos de los intereses y la deuda hacia un lejano futuro.
Kozack no adelantó la probable fecha del board que permitiría a la Argentina obtener el desembolso de los casi 800 millones del dinero extranjero, pero es probable que la reunión suceda durante la tercera semana de junio. La directora Kristalina Georgieva viaja a Italia para participar del G7, que delibera entre el 13 y el 15 de este mes, por lo que todo se postergaría, al menos, dos semanas hacia adelante.