La entidad monetaria llevó la tasa de interés a un nivel récord para tratar de controlar la disparada de los precios y los tipos de cambio paralelos. Sin embargo, la decisión trae aparejados otros riesgos.
El Banco Central (BCRA) anunció este jueves una suba en la tasa de interés, que llevó a 91% el rendimiento de plazos fijos hasta $30 millones y Letras de Liquidez (Leliq). La intención oficial es dar una señal ante la aceleración de la inflación y los dólares paralelos.
La tasa de referencia quedó así en niveles mayores a los que se vieron durante la presidencia de Mauricio Macri, cuando el BCRA recurrió a elevarla para intentar controlar la inflación. En aquellos años, el rendimiento de referencia llegó al 86%, cinco puntos porcentuales por debajo de la tasa fijada desde este jueves.
Entre las ventajas que tienen las tasas positivas se destaca la posibilidad de tentar a los ahorristas a quedarse en pesos en lugar de demandar dólares o salir a comprar bienes, es decir, de retroalimentar la brecha cambiaria o el aumento de precios.
Sin embargo, una tasa tan elevada puede tener también efectos no deseados en la economía. El “lado B” de la decisión del BCRA tiene triple impacto: inflación, crédito y emisión de pesos.
Un punto en contra para la suba de tasas es que convalida una mayor nominalidad para toda la economía. “Le pone un piso a la tasa de inflación y de devaluación que, sin un programa de estabilización, estaría entre 7,5% y 8% mensual, para mantener las variables alineadas. Es un escenario de desequilibrio que se va tornando difícil de acomodar”, sostuvo Fernando Baer,
Lucio Garay Méndez, economista hizo referencia a la reciente aceleración del dólar oficial: “La suba de tasas le va a permitir al mismo BCRA aumentar el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial. Si bien ya lo hizo por un par de días, no era sostenible, ya que incentivaba a quedarse con las divisas en vez de llevarlas al mercado cambiario oficial”.
Un tercer economista, que prefirió no ser nombrado, agregó un último impacto posible del alza de tasas del BCRA: aquel que pueda tener en el costo de fondeo para el Tesoro. Esto es, los intereses que paga la secretaría de Finanzas para emitir deuda y cubrir el déficit fiscal.
Una suba en la tasa de referencia incrementa también el costo de los créditos. Esto sucede porque los bancos cobran un interés mayor por prestar que el que deben pagar a los depositantes. Así, con una tasa de plazos fijos en 91%, los costos de financiamiento deberían estar por encima del 100%. Por ende, queda muy afectada la actividad económica, cuya base es el financiamiento.
En la Argentina, los préstamos otorgados al sector privado están en mínimos y ese efecto se suaviza bastante. “El crédito como porcentaje del PBI no supera el 6%, por lo que el impacto de esta suba sobre la actividad es muy acotado”, indicóGaray Méndez.
A su turno, Baer coincidió con el diagnóstico y detalló que la falta de divisas es hoy el principal obstáculo para la actividad económica.
Al subir la tasa de interés, el BCRA tiene que pagar más por las Leliq. Son los bonos que la autoridad monetaria le coloca a los bancos a cambio de pesos. Por esa operación, la entidad empezó a abonar una tasa 91% desde este jueves.
A la vez, como esas Leliq vencen cada 28 días, el BCRA tiene que inyectar pesos para cancelar esos intereses. Así, encarece su deuda y emite cada vez más billetes que luego tiene que volver a aspirar con Leliq. “Una tasa más alta impactará directamente sobre la dinámica de los pasivos remunerados, hoy pagando intereses de 8-9% del PBI, al subir, más que duplicará la cantidad de pasivos en menos de un año”, alertó Baer.
Por su parte, Garay Méndez, añadió: “Esta suba de tasas acelera la emisión de pesos endógenos y aumentan las expectativas de emisión futura, por lo que no solo pone más presión sobre los precios, sino también sobre los tipos de cambio paralelos”. Y consideró que ese será el principal efecto de la corrección de tasas que hizo el BCRA.