El BCRA sigue atento a la posible volatilidad financiera y cambiaria. Los factores que frenan la decisión de flexibilizar la política monetaria
Tras la desaceleración de la tasa mensual de inflación de noviembre, mayor a la esperada, informada durante la semana por el Indec, un nuevo panorama parece regir en el plano de la política monetaria del Gobierno.
Por primera vez, tanto la tasa de interés que paga el Tesoro en la colocación de deuda, como la de referencia del Banco Central y también la de devaluación quedaron marcadamente por encima de la evolución del índice promedio de precios al consumidor.
Y, aunque los funcionarios del Ministerio de Economía aseguran que la baja de la inflación es “una tendencia” y no un registro aislado como ocurrió en noviembre de 2021, las autoridades descartaron implementar cambios para adecuar las variables a la nueva realidad de los precios.
Por el contrario, el día anterior a que se difundiera el IPC, la Secretaría de Finanzas a cargo de Eduardo Setti, convalidó fuertes tasas de interés para renovar los vencimientos del mes y obtener financiamiento adicional. Llegó a pagar un interés efectivo anual de 118% y 115% para dos de los títulos más demandados, con vencimiento en abril del próximo año.
Finanzas llegó a pagar un interés efectivo anual de 118% y 115% para dos de los títulos más demandados, con vencimiento en abril del próximo año
A pocas horas de difundido el dato de inflación, el propio Banco Central a través de un comunicado aclaró que se mantendría inalterable la tasa de interés de referencia de política monetaria. Esa tasa está hoy en 75% nominal anual, lo que equivale a una tasa mensual de 6,25%, una diferencia mayor de 1,35 puntos porcentuales respecto de la inflación. Esa relación es inédita desde que Miguel Pesce asumió al frente del ente monetario.
La diferencia es aún mayor en términos de tasa efectiva, ya que se ubica en 107% anual, aunque en sentido inverso comparada con la tasa de inflación de 92,4% en los últimos 12 meses.
“La tasa la fija hoy el Tesoro en sus licitaciones, que pagó más incluso por títulos dollar linked aunque la inflación está en 5%”, dijo a Infobae Gabriel Caamaño, quien consideró que una baja de tasas “sería una muy mala señal”.
En el mismo Banco Central parecen coincidir con esta mirada. Es que, no sólo no está claro que la inflación efectivamente se encuentre en una tendencia descendente como afirman desde el Gobierno sino que, aunque así fuera, para el mercado es todavía prematuro apostar a eso. Los operadores eligen no creer.
En ese sentido, el ente monetario informó que seguirá “observando la evolución de la tasa de inflación, que marcó una desaceleración en noviembre” y dejó implícitamente por escrito los motivos que lo desalientan a una modificación: “Se mantiene el compromiso de observar atentamente la evolución de los agregados monetarios, así como las intervenciones que apuntan a evitar una excesiva volatilidad financiera que pudiera repercutir negativamente en la formación de precios”, apuntó el comunicado del directorio del Central.
Se mantiene el compromiso de observar atentamente la evolución de los agregados monetarios (BCRA)
En otras palabras, la entidad que preside Pesce no descarta nuevas subas en el ritmo de aumento del índice de inflación, ni tampoco nuevos episodios cambiarios, tal vez provenientes de una fuerte emisión monetaria por varias ventanillas en un contexto estacional de caída de demanda de pesos durante los próximos meses.
El último informe de la consultora Equilibra le puso números a esa presión. “Prevemos que el Central deberá emitir $1,3 billones en diciembre, lo que significa que, a pesar de la estacionalidad positiva de la demanda de pesos, deberá esterilizar unos $780.000 millones excedentes, el equivalente a 0,7% del PBI del cuarto trimestre, para quitar presión sobre el mercado cambiario y financiero”, sostuvo.
Ese nivel de emisión se produce por cuatro ventanillas distintas:
1. El dólar soja 2, que ya obligó a una emisión de unos $420.000 millones desde que entró en vigencia;
2. El financiamiento del déficit fiscal, aun cuando no sea bajo la forma de adelantos transitorios (por ejemplo, el BCRA emitió en la semana $200.000 millones para la compra de DEG en poder del Tesoro;
3. El pago de los pasivos remunerados de regulación de la liquidez del mercado; y
4. La recompra de títulos en pesos en el mercado secundario por el que volcó a la plaza unos $470.000 millones desde octubre.
La masa de pesos excedente presionará las cotizaciones financieras del dólar hasta acercarlas a los $400 en las próximas semanas (Equilibra)
Esa masa de pesos, creen en Equilibra, presionará las cotizaciones financieras del dólar hasta acercarlas a los $400 por unidad en las próximas semanas. En ese contexto, una baja de la tasa de interés resulta inviable.
Otro tanto sucede con el tipo de cambio oficial. También el ritmo de devaluación fue más veloz que la inflación en noviembre y le ganó por primera vez en tres años. La tasa de depreciación del peso alcanzó un pico el mes pasado de 6,6% promedio y se ubicó incluso por encima de la tasa de política monetaria.
Y, a pesar de los trascendidos de la vocación oficial de llevar la suba del dólar a 4% mensual y hacerlo converger con el ajuste de precios que rigen los acuerdos alcanzados con el sector empresario, el Central imprimió un ritmo aún mayor durante los primeros días de diciembre para empezar a moderarlo en las últimas jornadas.
Así, el perro se muerde la cola: aunque la inflación bajó en noviembre, también la suba del dólar podría ponerle piso a caída.