La ministra termina de definir su equipo de colaboradores y tiene por delante pagos al Fondo Monetario, a bonistas, y la preparación de la primera licitación de deuda en pesos de su gestión
Silvina Batakis dio el puntapié inicial de su gestión al frente del Ministerio de Economía con un mano a mano virtual con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. La jefa del Palacio de Hacienda se comprometió a sostener los objetivos del programa, más allá de que horas antes había mencionado la posibilidad de someter el acuerdo a alguna modificación por el contexto global que complique el cumplimiento de la metas.
Mientras termina de definir los nombres, Batakis ya tuvo un primer acercamiento al FMI. Desde el organismo se encargaron de remarcar que la ministra de Economía se manifestó a favor de la continuidad del programa vigente que firmó su antecesor, Martín Guzmán. Desde el Poder Ejecutivo hubo hermetismo sobre el contenido de la doble conversación entre la ministra y, primero Ilan Goldfajn, supervisor del acuerdo, y Georgieva más tarde.
“En un marco de confianza, mantuvimos una conversación fructífera con Georgieva y esperamos continuar teniendo un diálogo positivo”, sostuvo Batakis pocas horas después de la conversación. “Muy buena llamada con la ministra Batakis hoy para discutir la implementación del programa de Argentina. Esperamos continuar con nuestro compromiso constructivo para promover la estabilidad económica y el crecimiento inclusivo en Argentina en un entorno global muy desafiante”, escribió la titular del FMI sobre ese contacto.
“Mantuvimos una conversación fructífera con Georgieva y esperamos continuar teniendo un diálogo positivo” (Batakis)
Hasta el momento las declaraciones de Batakis al respecto incluyeron, por un lado, un respaldo a programa económico que ya llevaba adelante Guzmán, e incluso fue explícita en hablar de que manejaría la cuestión fiscal dentro de los límites presupuestarios ya establecidos, lo que fue leído como un apoyo a la meta de reducción del déficit primario a 2,5% del PBI.
Pero por otra parte, pocas horas antes había mencionado que “viendo las metas de cada revisión, seguramente habrá algunas modificaciones” debido a que “el mundo está cambiando por el tema de la guerra”.
En la nueva etapa con el FMI que abrió la llegada de Batakis apareció como líbero Sergio Chodos. El director argentino ante el Fondo Monetario Internacional actuó como enlace con las autoridades del organismo. De buen vínculo con Guzmán y con otros sectores del Gobierno, Chodos no presentó su renuncia aquel sábado y aún sigue en su cargo.
Dentro de poco más de un mes debería comenzar la segunda revisión trimestral de metas del staff del FMI, en caso de que no se alterara el calendario previsto. En esa misión se observará el cumplimiento de los objetivos exigibles por parte del FMI que vencieron la semana pasada y que Guzmán -en una de sus últimas actividades antes de abandonar el gabinete- afirmó que fueron alcanzados, una idea que abonó días después Batakis.
En la discusión volverá a aparecer el debate sobre si el Poder Ejecutivo está en condiciones -y buscará- cumplir con las tres principales metas incluidas en el acuerdo para 2022: bajar el déficit primario hasta el 2,5% del PBI, limitar la asistencia monetaria desde el Banco Central al Tesoro hasta 1% del PBI y acumular USD 5.800 millones netos en las reservas. En los primeros tres meses de vigencia del programa ya hubo una recalibración de objetivos “intermedios”, es decir la secuencia trimestral con la que se arribará a esos números finales.
El Gobierno tiene previsto un pago de USD 1.300 millones al Fondo Monetario Internacional como parte del calendario acordado de devolución
No apareció en el lenguaje del organismo internacional ni en declaraciones de Guzmán en su momento o de Batakis ahora una duda explícita sobre la necesidad de modificar de plano esas metas anuales.
Este mes la relación con el FMI tendrá otras dos instancias. La primera será este viernes. El Gobierno tiene previsto un pago de USD 1.300 millones al Fondo Monetario Internacional como parte del calendario acordado de devolución del préstamo Stand By firmado en 2018. Para eso, utilizará los Derechos Especiales de Giro (DEG) que recibió por parte de Washington hace dos semanas. No será el único giro de divisas que deberá hacer este mes.
Por último, el 29 de julio caerá el segundo vencimiento a pagar al Fondo Monetario, por USD 692 millones. Con este giro el Gobierno habrá abonado casi USD 3.000 millones -más unos USD 260 millones adicionales a otros acreedores y bonistas, según estimó la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC)-, lo que repercutirá en el nivel de reservas del Banco Central.
Batakis terminará en las próximas horas de armar y definir su equipo de colaboradores. En la secretaría de Hacienda, se conoció, trabajará Martín Di Bella, ex funcionario del gabinete bonaerense durante sus años de ministra de Economía provincial. Un dirigente que formó parte de su plantel cercano en la secretaría de Provincias, el economista Martín Pollera, reemplazará a Guillermo Hang como secretario de Comercio Interior.
Hay otros nombres clave que necesitará determinar Batakis en breve. La Secretaría de Finanzas, a cargo de Rafael Brigo y de Ramiro Tosi durante la era Guzmán, tiene bajo su ala las cada vez más relevantes y críticas licitaciones de deuda en pesos, que marca el termómetro del mercado. El Gobierno aún busca salir del cimbronazo del desplome de esos títulos que complicaron el cumplimiento de los vencimientos en moneda doméstica sobre el cierre de junio.
Uno de los nombres que sonaron con fuerza para ese sillón fue el de Rosana Bebén, que en rigor ya era funcionaria de Guzmán, ya que era subsecretaria de Sostenibilidad de la Deuda Pública. Justamente, la cuestión de la sostenibilidad del mercado de títulos en pesos es uno de los temas que los economistas comenzaron a mirar con mayor atención en las últimas semanas. Cerca de Batakis no confirmaron si Bebén será finalmente la secretaria.
El primer test ante el mercado será dentro de muy pocos días. El miércoles próximo tendrá lugar la primera licitación de deuda en pesos desde su desembarco en el Palacio de Hacienda. Esa semana no afrontará ningún vencimiento, pero sí será una colocación que podría allanar el camino para que a fin de mes -cuando el Tesoro deba cubrir casi $490.000 millones, de los cuales poco más de $300.000 millones corresponden a tenedores privados.
Batakis ya habló de la necesidad de diversificar la oferta de instrumentos de deuda en moneda local y que buscará afinar el trabajo en ese área, que es la única vía de financiamiento que tiene el Gobierno si no quiere acudir a la asistencia monetaria desde el Banco Central, limitada por el acuerdo con el FMI.
Si bien quedó en un segundo plano, la negociación con el Club de París podría retomarse pronto, luego de la suspensión del viaje y reunión que tenía previsto Guzmán para este miércoles y que, lógicamente, fue cancelado