El resultado de las PASO generó preocupación en el kirchnerismo. Más allá del magro desempeño de Sergio Massa, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, no obtuvo la diferencia que esperaba y perdió 1,7 millones de votos respecto de las primarias de 2019. El riesgo de una derrota en la provincia de Buenos Aires encendió las alertas, pero también lo hizo el desafío de la gestión con Javier Milei o Patricia Bullrich al frente de la Casa Rosada.
Con estas preocupaciones en la mira, Kicillof se reunió en las últimas horas con el líder de Patria Grande y exprecandidato presidencial de Unión por la Patria, Juan Grabois, y con el secretario general de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy, dos referentes políticos que tuvieron sus diferencias con Cristina Kirchner, pero que -saldadas las disputas- la reconocen como la líder de la coalición de gobierno.
Para este segundo tramo de la campaña, la estrategia del núcleo duro kirchnerista es sumar respaldos para intentar garantizar la reelección de Kicillof y apalancar la candidatura de Massa, para que entre en el balotaje.
Pero contener a todos detrás del tigrense no es fácil. Tanto Grabois con Godoy plantearon condicionamientos y en varias oportunidades advirtieron que resistirán cualquier intento de ajuste, del gobierno que sea, incluso de uno propio. Sin embargo, ambos garantizaron que harán campaña para que Massa sea presidente.
“Apoyo sí, cheque en blanco no”, fue una de las primeras reflexiones de Grabois tras las PASO. Si bien confirmó su apoyo a la fórmula vencedora de UxP, puso varios condicionamientos y se los repitió a Kicillof: “Vamos a poner todo para que Unión por la Patria gane en octubre, mientras seguimos empujando la incorporación del Plan de Desarrollo Humano Integral al programa de gobierno y peleando por más medidas urgentes para la restitución de los derechos sociales de los trabajadores y los humildes”, le dijo.
“La intensidad de ese apoyo va a estar sin duda vinculada a que los candidatos de Unión por la Patria, el ministro Sergio Massa y el jefe de gabinete Agustín Rossi, asuman una perspectiva de justicia social con acciones concretas, que tomen medidas urgentes para el pueblo”, agregó.
Sin dejar de reconocer las diferencias que lo separan de Massa, el líder de Patria Grande prefiere polarizar con Bullrich y con Milei, la estrategia de campaña del oficialismo para esta etapa de la campaña.
“Somos conscientes de la necesidad de afrontar este momento de crisis en las condiciones que nos toca. Poniendo la cara, poniendo el cuerpo, asumiendo las contradicciones como parte de un proceso más amplio y profundo que si tenemos la paciencia, persistencia y grandeza necesaria va a avanzar hacia el trasvasamiento generacional”
En un efecto de contención, el gobernador se sumó a las prioridades que planteó Grabois en su plan de gobierno y también eligió como eje de las críticas a los dos principales candidatos presidenciales de la oposición. “Conversamos sobre la responsabilidad histórica de frenar los proyectos que buscan quitar derechos, sobre la perspectiva de un desarrollo humano integral y la agenda de tierra, techo y trabajo”, dijo el bonaerense.
Desde el núcleo duro kirchnerista buscan retener la provincia de Buenos Aires, el principal bastión de su proyecto político y, aunque la elección se gana por un voto, saben que no será una tarea tan fácil como la habían proyectado. Pero además, necesitan tener un gobierno del mismo signo político en la Casa Rosada para sostener el proyecto en el territorio.
Para los libertarios y para Juntos por el Cambio la ecuación es bastante similar. También necesitan sintonía entre el gobierno nacional y el provincial, en caso de llegar al sillón de Rivadavia.
La conducción de la CTA se reunió con Kicillof “para analizar el contexto político y económico que atraviesa hoy la Nación y la Provincia”, confirmó “Cachorro” Godoy. “Destacamos el freno que se le puso en las PASO a los sectores más conservadores. Alentamos el avance de políticas en materia de soberanía y coincidimos en profundizar un mayor nivel de participación popular”
Poco antes había criticado las medidas anunciadas por Massa para contrarrestar el efecto de la devaluación en el ingreso de los argentinos, por haberse quedado “a mitad de camino”.
“Para nosotros eran urgentes y necesarias estas medidas, aunque creemos que se quedan a mitad de camino. $60.000 era lo que solicitábamos como suma fija en marzo y, la realidad es que la inflación está mucho más disparada de lo que estaba en ese momento”
Organizaciones sociales oficialistas también hicieron un planteo similar. Además, si la mayoría de los gobernadores no se suma a dar el bono a los empleados estatales, la medida podría perder efecto.
Tanto Godoy como Grabois son críticos del acuerdo con el FMI y advirtieron que saldrán a las calles para resistir cualquier intento de ajuste. El sindicalista marca notoriamente las diferencias entre Kicillof y Massa y apoya incondicionalmente al gobernador que busca su reelección, el acompañamiento al tigrense es con condicionamientos.