El oficialismo no pudo retener la provincia y sufrió una nueva cachetada electoral. El ministro de Economía visitará Mendoza y San Luis, donde la oposición ganó las elecciones
A 14 días de que se lleven adelante las PASO, la campaña de los principales candidatos está con plena actividad. La de Sergio Massa, que está alternada con su rol de ministro de Economía, va y viene desde el centro al norte del país. Desde Buenos Aires a San Juan, Tucumán y La Rioja. Desde el conurbano bonaerense a Mendoza y San Luis.
Ayer por la tarde el candidato de Unión por la Patria encabezó un acto en Merlo, uno de los distritos más importantes de la primera sección electoral, donde estuvo rodeado por los principales dirigentes del kirchnerismo. Fue un abrazo K a la figura del ministro, que fue a buscar apoyo en un territorio donde a Cristina Kirchner la votarían con las dos manos.
De un lado Verónica Magario y Eduardo “Wado” de Pedro. Del otro Juliana Di Tullio y Axel Kicillof. La figura omnipresente de la Vicepresidenta de fondo. El presentador fue Gustavo “Tano” Menéndez, jefe político del peronismo de Merlo y actual candidato a intendente, que resaltó la decisión de Massa de “tirarse sobre una granada” cuando tomó el mando del ministerio de Economía.
El acto de ayer fue una muestra más de que el kirchnerismo cerró filas detrás de Massa y que todos están pidiendo el voto para que sea presidente. El más contundente fue el gobernador bonaerense: “Tenemos una deuda pendiente en materia de mejora salarial. No nos escondemos ni lo negamos. Decimos que para hacerlo, necesitamos que Sergio sea el próximo presidente”. El respaldo fue contundente.
Massa había llegado a Merlo después de suspender una caravana por La Matanza y extender su recorrida por La Rioja y Tucumán, donde encontró la arenga y el apoyo de dos pesos pesados en el peronismo del interior como son los mandatarios Ricardo Quintela y Juan Manzur. Esta parte de la campaña se trata de intendentes del conurbano y gobernadores del PJ. Ellos son los que traccionan los votos en el territorio.
Este lunes el ministro de Economía partirá a Mendoza, donde gobierna el radicalismo, y seguirá viaje a San Luis, que aún está en manos de Alberto Rodríguez Saá, un gobernador peronista distanciado de Unión por la Patria. Serán paradas en provincias donde al peronismo le cuesta mucho hacer pie.
Visitará dos lugares donde el oficialismo no tiene robustez electoral. En el distrito cuyano la UCR logró un importante triunfo en las PASO de la mano de Alfredo Cornejo, un halcón dentro del mundo radical. Híper crítico del Gobierno, el actual senador quedó a las puertas de un nuevo mandato.
En San Luis la situación es distinta. El peronismo viene ganando desde hace tiempo gracias a lo que hasta hace poco era la indestructible sociedad de los hermanos Rodríguez Saá. A partir de diciembre la provincia será conducida por Claudio Poggi, quien supo ser un delfín de los hermanos y con el correr de los años se convirtió en un referente de la oposición. El gobernador electo llegó al poder gracias a una coalición donde tiene una gran importancia Juntos por el Cambio.
Massa viajará al centro del país en búsqueda de más respaldo para su candidatura. Y lo hará después de un nuevo golpe que sufrió el peronismo en el extenso proceso electoral que engloba a todas las provincias. Ayer el oficialismo en Chubut, que tiene al gobernador Mariano Arcioni en la punta de la pirámide, perdió la elección en manos de Juntos por el Cambio.
Es la tercera provincia, después de San Luis y San Juan, que pasa a gobernar la coalición opositora tras las elecciones. Como era de esperarse, en el peronismo la noticia generó un golpe de efecto. Además de esas dos provincias, ya se perdió en las PASO de Santa Fe y Chaco. El mapa, entienden algunos, se está pitando de amarillo y eso genera máxima preocupación.
Si bien la derrota de ayer fue ajustada, la provincia se perdió y la señal fue negativa. En el massismo creen que las elecciones nacionales serán otra historia porque se enfrentan dos modelos de país antagónicos y las realidades provinciales quedan a un lado. Eso solo se sabrá en la noche del 13 de agosto cuando se abran las urnas.
Ignacio Torres se convirtió en el nuevo gobernador y logró lo que Rodrigo de Loredo no pudo hace una semana en Córdoba: tener la foto triunfal junto a Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, los enemigos íntimos de la interna del PRO que volvieron a mostrarse juntos a pocos días de las PASO.
El viernes aparece en la agenda de Massa un viaje a Chaco para participar del congreso del PJ provincial. Allí recibirá el apoyo de Jorge Capitanich, que perdió las elecciones primarias, en un marco político conflictivo como consecuencia del asesinato de Cecilia Stryzowski, por el que está detenida la familia Sena, conformada por dos dirigentes sociales de relación cercana al gobernador chaqueño.
Este lunes la Argentina le pagará al FMI una nueva cuota de la deuda pero, a diferencia de otras veces, lo pagará con yuanes y con fondos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Será una buena noticia para la gestión del ministro de Economía, que llegó a un entendimiento con el Fondo la última semana para realizar modificaciones en el acuerdo.
Será un aliciente para el sinsabor que dejó la elección en Chubut. Más allá de esos comicios, el peronismo está haciendo trabajar toda la maquinaria de militantes y funcionarios para evitar que haya un porcentaje alto de ausentismo en las PASO, otra preocupación que deviene de lo sucedido en algunos de los comicios provinciales.
El mensaje de los principales dirigentes del oficialismo está cohesionado. Puerta por puerta, casa por casa. De eso se trata la campaña que están realizando. Aseguran que no hay margen para que la gente no vaya a votar en estas elecciones, como consecuencia de entender que la que verdaderamente define el futuro político es la de octubre.
Por eso desde Massa hacia abajo, todos piden salir a buscar los votos a la calle, los comercios, las instituciones y cualquier lugar donde haya un vecino al que se pueda convencer. Un trabajo territorial exhaustivo que, cuando se llevó a la practica en el 2021, le permitió al peronismo remontar la importante diferencia que le había sacado la oposición en las PASO, más allá de que no alcanzó para dar vuelta la elección.