El oficialismo buscará generar incertidumbre en el electorado sobre las medidas económicas que tomarían los candidatos de Juntos por el Cambio y de La Libertad Avanza en caso de llegar al Ejecutivo.
A casi un mes de las PASO y ante las dificultades para resaltar logros de gestión y disimular los problemas económicos, el oficialismo parece encolumnarse detrás de unaestrategia de campaña que consiste en advertir las eventuales consecuencias de un triunfo de la oposición en las presidenciales de este año.
Durante el fin de semana, diferentes dirigentes de Unión por la Patria, como el gobernador Axel Kicillof, endurecieron su discurso con fuertes críticas hacia la oposición y sus supuestos planes en caso de llegar a la Casa Rosada. el ministro de Economía y precandidato a presidente Sergio Massa se sumó a esta lista y remarcó que le “gustaría sinceridad” de parte de Patricia Bullrich y Javier Milei “cuando hablan de ajuste con represión”.
“Les falta ponerle nombre y apellido al asado, que digan qué tiene… que lo digan con nombre y apellido. El orden se construye liderando desde el Estado. El viernes teníamos una situación de desorden (por el paro de colectivos) y pudimos poner orden sin reprimir”, ejemplificó el titular de la cartera de Hacienda.
El oficialismo reforzó su discurso contra la oposición y desde hace semanas advierte sobre supuestos ajustes, niveles de desempleo y hasta mencionaron la posibilidad de aumentar la represión en las calles en caso de un triunfo de Juntos por el Cambio o La Libertad Avanza.
El propio Massa comparó a Bullrich con Horacio Rodríguez Larreta -su rival de interna en Juntos por el Cambio (JxC)- al explicar que se trata de “dos personas que fueron parte del mismo esquema a la hora de sacarle el 13% a los jubilados”.
El precandidato presidencial no es el único dirigente de UxP que expuso la estrategia. Este fin de semana, con pocas horas de diferencia, los gobernadores -formoseño- Gildo Insfrán y -bonaerense- Axel Kicillof salieron a instalar esta campaña del miedo contra la oposición al hablar de “sangre” y “asesinatos” si pierde el kirchnerismo.
“Esta ideología viene con mayor crueldad porque todo lo que ellos dicen si quieren aplicar en el pueblo argentino va a ser con derramamiento de sangre, porque es insostenible”, dijo Insfrán. Kicillof, por su parte, sostuvo que “la derecha” está dispuesta a “asesinar gente”.
Si bien todavía es prematuro adelantar cuál será el tono que Eduardo “Wado” De Pedro impondrá en su rol de jefe de campaña, cerca del precandidato a senador explican que buena parte de la estrategia se va a centrar en mostrar qué podría pasar si en estas elecciones se impone la oposición, ya sea bajo la figura de Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich o Javier Milei.
en el entorno de “Wado” hablan “del modelo de las dos derechas (por JxC y Milei), que proponen ajuste, flexibilización laboral y menos derechos”. “Ahora no te alcanza; pero con ellos va a cerrar la fábrica en la que laburás”, plantean.
Se trata de una estrategia similar a la que impulsó Daniel Scioli en 2015 al advertir sobre los planes de Mauricio Macri. En aquel entonces, el gobernador bonaerense sacó menos votos que su rival en primera vuelta y, de cara al balotaje, activó una “campaña del miedo” en la que señalaba que, de ganar Cambiemos, el país sufriría un aumento de la pobreza y el desempleo, entre otros puntos. Aquella jugada le permitió recuperar buena parte de los votos y caer por tan solo 3 puntos en la segunda vuelta.
La campaña del miedo apunta también a captar el voto de todos los sectores del oficialismo, en especial de aquellos espacios K más duros que todavía miran con desconfianza la candidatura del ministro de Economía, por, entre otros motivos, su cercanía con el Fondo Monetario Internacional. Durante la inauguración del gasoducto hubo guiños de la Vicepresidenta a Massa para intentar “fidelizar” el voto duro K.
Lo cierto es que las críticas a la oposición también disimulan las falencias internas. Es que más allá de la construcción de viviendas, el gasoducto Néstor Kirchner -inaugurado este domingo-, y el acueducto de Chaco -en los próximos días- el Gobierno no tiene otros grandes logros para mostrar. Estos cuestionamientos también desvían la atención de la crisis, la inflación, la pobreza y una situación macroeconómica compleja producto de la falta de dólares.