La fiscal Celsa Ramírez imputó al gerente de seguridad de River, a la empresa privada que fue contratada y al Director Ejecutivo del Comité de Seguridad de CABA por la muerte de Pablo Serrano, el hincha que se cayó desde la tribuna Sivori Alta mientras se disputaba el partido entre el Millonario y Defensa.
La sentencia se debe a no haber adoptado las medidas exigidas por la reglamentación legal vigente respecto a la Seguridad en ocasión de un espectáculo masivo. De esta manera, producto de la falta del deber de cuidado debido, omitieron ejercer el control que correspondía de los concurrentes al Estado a fin de individualizar a aquellos que lo hacían en estado de ebriedad, como también la prevención especial y general respecto a la presencia de personas sentadas sobre el parapeto ubicado en el muro superior de la Sivori Alta del Monumental.
Según fuentes cercanas al hecho, la víctima ingresó previamente al estadio por la puerta del Puente Labruna bajo los efectos del alcohol, ya que lo hizo con un dosaje de 2.6 gramos de alcohol por litro en sangre. Posteriormente, al intentar ubicarse en el parapeto cayó desde una altura aproximada de 15 metros a la Sivori baja, alcanzando su muerte producto del politraumatismo, traumatismo abierto de cráneo con pérdida de masa encefálica y hemorragia externa.