El exgobernador de Tucumán José Alperovich dijo que no haría uso del derecho a pronunciar sus “últimas palabras” en el juicio en su contra por el presunto abuso sexual de su sobrina y exsecretaria. Hoy, a las 20, el juez Juan Ramos Padilla dará a conocer su veredicto.
Alperovich, que fue gobernador de Tucumán entre 2003 y 2015, llegó al juzgado acompañado por sus hijos. Como lo hizo durante el proceso judicial, se sentó en la sala de audiencias y empuñó una medalla con un texto en hebreo que se la regaló un rabino amigo.
Llegó 13:15 y el juez entró unos minutos después. Fue una audiencia breve: Ramos Padilla le preguntó si haría uso de las “últimas palabras” que el Código le otorga a todo acusado antes de que se decida su suerte y él dijo que no. El juez anunció entonces que el juicio se retomará a las 20, para el veredicto.
Es el final de un proceso que empezó hace cinco años. La semana pasada, en un durísimo alegato final, el fiscal Sandro Abraldes definió este caso como “un juicio sobre la impunidad del poder” y pidió que el exgobernador fuera condenado a 16 años y seis meses de prisión. El fiscal lo acusó de abusos reiterados en 10 oportunidades.
El abogado de la víctima, la parte querellante, pidió una pena de 22 años de cárcel. La defensa de Alperovich, en cambio, solicitó su absolución y argumentó que la denuncia tuvo un móvil político.
El alegato del fiscal
El alegato del fiscal había sido durísimo. “Alperovich no la quería para trabajar con él. La quería para la cama. El concepto es primitivo. Manda el señor feudal. Al gran mandón no se le discute. Se hace lo que quiere”, dijo Abraldes. El fiscal fue muy crítico de lo que sucedía en la sociedad tucumana en el momento de los hechos: “Este juicio es un juicio sobre la impunidad del poder. Ella estaba en un escenario de sometimiento. En una situación de cautividad”.
“La víctima se sentía prisionera y estaba a merced del abusador”, dijo y agregó “como dijeron varios testigos, Alperovich estaba siempre sexualizado”. Comparando el poder total de Alperovich en su provincia con un señor feudal dijo: “Alperovich fue el constructor de su propio poder. Todo se hizo como él quería. Era dueño de todo”.
Abrales reclamó que Alperovich pagara con su “libertad ambulatoria por lo que hizo”.
El exsenador tiene 69 años. Si fuera condenado, a los 70 podría pedir cumplir la pena en arresto domiciliario. En ese caso, será el juez quien decida si le concede o no este beneficio.
El exgobernador de Tucumán (encadenó tres mandatos consecutivos, entre 2003 y 2015) y exsenador nacional llegó a este juicio acusado de tres hechos de abuso sexual (dos, en grado de tentativa) y otros seis hechos de violencia sexual agravada por haber sido con acceso carnal. Los presuntos hechos sucedieron tanto en Tucumán como en la ciudad de Buenos Aires.
El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº29 llevó adelante el juicio, con el juez Ramos Padilla al frente de manera unipersonal. El fiscal Abraldes tiene a cargo interinamente la Fiscalía General ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional N°27. Los representantes de la querella fueron Pablo Rovatti y Carolina Cymerman.
La defensa del exgobernador
La semana pasada, Alperovich declaró durante siete horas ante Ramos Padilla y negó haber abusado de la joven. “No pasó absolutamente nada”, aseguró el exmandatario tucumano. “No abuse de Flor. Eso es una mentira. La verdad es que soy un hombre de 70 años”, agregó el acusado, que remarcó: “Este es un juicio inventado, armado, donde claramente les voy a explicar que hubo un móvil económico y político, de eso no tengo dudas”.
En su declaración, el acusado negó también tener un vínculo cercano con la denunciante. “Yo nunca le dije sobrina, ni ella me dijo tío. Jamás. Ella quiere instalar que yo prostituía a la secretaria. Todo esto está armado. Hace cinco años que en la prensa me dice violín”, afirmó ante el juez.
Entre las pruebas que se dieron a conocer en la causa, además del testimonio de la víctima, hay peritajes sobre ella, testimonios de personas que conocieron de primera mano su situación y el contenido del celular de la víctima, con mensajes de él.
La sentencia solo estará firme una vez que la Corte Suprema de Justicia de la Nación haya rechazado el último recurso de Alperovich.