El dengue, la enfermedad viral transmitida en América Latina principalmente por el mosquito Aedes aegypti, puede provocar desde cuadros febriles leves hasta formas más graves, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
“El virus tiene cuatro serotipos: DENV-1, DENV-2, DENV-3, DENV-4. La infección por uno de ellos proporciona inmunidad a largo plazo contra el serotipo en cuestión e inmunidad transitoria contra los demás serotipos, y las infecciones secundarias por serotipos distintos aumentan el riesgo de sufrir síntomas graves”, señalan desde el máximo ente sanitario internacional.
En ese sentido, desde la OPS (Organización Panamericana de la Salud) advierten que “el dengue se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado. Es una enfermedad que afecta personas de todas las edades, con síntomas que varían entre una fiebre leve a una incapacitante, acompañado de dolor intenso de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor en músculos y articulaciones, y eritema”.
“Es posible que cuando se presenten los síntomas se los confunda con otras enfermedades, como la gripe. Suelen comenzar de 4 a 10 días después de la picadura de un mosquito infectado. La fiebre del dengue causa una fiebre alta de 40°C y cualquiera de los siguientes signos y síntomas: dolor de cabeza; dolores musculares, óseos o articulares; náuseas; vómitos; dolor detrás de los ojos; glándulas inflamadas y sarpullido”, añaden los expertos de Mayo Clinic. Y detallan que la mayoría de las personas se recupera en el lapso aproximado de una semana.
De todas formas, desde el centro de salud estadounidense aclaran que hay “signos de advertencia que suelen comenzar uno o dos días después de que la fiebre desaparece y pueden incluir dolor intenso de estómago; vómitos persistentes; sangrado de las encías o la nariz; sangre en la orina, las heces o los vómitos; sangrado debajo de la piel, que podría tener el aspecto de un moretón (hematoma); dificultad para respirar o respiración rápida; fatiga; irritabilidad o inquietud”.
Desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan “acetaminofeno (también conocido como paracetamol) para controlar la fiebre y aliviar el dolor”, al tiempo que advierten: “No dé ibuprofeno, aspirina ni medicamentos que contengan aspirina”. Por otro lado, si el paciente presenta un cuadro de dengue grave, a menudo hay que hospitalizarlo.
En esa línea, la OMS detalla: “Aunque no hay ningún tratamiento específico para el dengue, el diagnóstico precoz, la detección de los signos de alarma de dengue grave y la atención clínica adecuada y oportuna son fundamentales para reducir el riesgo de que el cuadro se agrave y pueda causar la muerte”.
Actualmente existen dos vacunas contra el dengue: la CYD-TDV (Dengvaxia, del laboratorio Sanofi Pasteur) y TAK-003 (Qdenga, del laboratorio Takeda). Ambas están actualmente autorizadas para su uso en varios países del mundo, como la Argentina, y son vacunas con virus vivos atenuados y tetravalentes.
La TAK-003 se basa en el virus del dengue 2, al que se añade ADN de los otros tres serotipos para proteger contra cualquiera de los cuatro tipos de dengue. Su forma de administración son dos dosis que deben ser aplicadas en un intervalo de tres meses. Una de las grandes ventajas de esta inmunización es que puede aplicarse en las personas que ya hayan cursado la enfermedad, que son quienes están en riesgo de desarrollar cuadros más severos. Qdenga está destinada para mayores de 4 años ( sin límite de edad) que hayan tenido, o no, la infección. Está contraindicada en embarazadas, mujeres en período de lactancia y en pacientes con inmunocompromiso.