Los datos que circulan en las oficinas de la secretaría de Comercio muestran que hasta el momento el acuerdo con las empresas y los supermercados se cumple. Las expectativas para febrero
A pocas horas de conocerse el dato de inflación de enero –que según consultoras y fuentes privadas podría ubicarse entre 5,8% y 6,1%–, el Gobierno continúa reforzando el monitoreo y los controles de los acuerdos de precios vigentes, que además de la canasta de unos de 2.000 productos con precios fijos sostienen una pauta de aumentos de 3,2% mensual de febrero a junio de 2023 para cerca de 50.000 productos de distintos rubros.
Cuando se lanzó el programa Precios Justos, la inflación de noviembre de 2022 acompañó con un descenso del 6,3% mensual al 4,9%, pero desde entonces siguió un camino ascendente: 5,1% en diciembre y el dato negativo también para enero, donde los pronósticos la ubican más cerca del 6 por ciento.
Los datos que circulan en las oficinas de la secretaría de Comercio muestran que hasta el momento el acuerdo con las empresas y los supermercados se cumple, pero la explicación es que la inflación es un promedio donde también impactan servicios, productos frescos –fuera de los acuerdos– y todos los artículos que se comercializan más allá de las grandes cadenas. Aunque hubo intentos fallidos con las canastas de frutas y verduras, fuentes oficiales reconocen que por su forma de venta no permiten negociaciones y controles como en el caso de las empresas de consumo masivo.
La pauta de aumentos del acuerdo de precios fue de subas de 4% mensual desde noviembre hasta fines de enero. Según ese pauta, los números que maneja la Secretaría es que el aumento en los productos de consumo masivo dentro del acuerdo fue de 12,7% para una canasta de 2.000 productos que se venden en supermercados –los más representativos– y de 13,4% para alimentos y bebidas sin alcohol. Los números se alejaron muy poco del 12,6% lo que deberían haber aumentado en ese mismo período con un cumplimiento total del acuerdo.
La proyección es que para febrero, la inflación mensual de la canasta de supermercado sea de 3,8% y para alimentos y bebidas sin alcohol de 3,9% (tomando la pauta de 3,2% respecto a los precios promedio de enero). Hubo ciertos producto que tuvieron una pauta de aumento mayor (de hasta 9% porque venían congelados de noviembre). Pero si se toma la variación acumulada a febrero, son subas de 4,5% para la canasta de supermercados y de 4,7% para alimentos y bebidas.
El punto flojo de los acuerdos de precios sigue estando en que no es extensivo a los pequeños comercios, que se abastecen en los mayoristas, y tampoco a los productos frescos, como frutas y verduras. Ahora, con el nuevo acuerdo de precios de la carne, hay expectativas oficiales de lograr una baja importante en el precio si se cumple. Argumentan que abarca muchos más comercios, que participan más frigoríficos (unos 70) y que la cantidad de toneladas disponibles en los cortes incluidos en el acuerdo tiene un peso mayor en el total consumido. Hoy se ubica en 182.000 toneladas mensuales y los siete cortes incluidos suman 60.000 toneladas.
También hay más foco en los controles. En una reunión que mantuvieron esta semana con las empresas y las grandes cadenas de supermercados, desde la Secretaría de Comercio pidieron aumentar la cantidad de productos que diariamente cada compañía informa al sistema de monitoreo de precios, especialmente en el caso de los supermercados mayoristas, donde se centran los reclamos de los pequeños comercios, que luego no acceden a los precios acordados.
Por el lado de la fiscalización, una Resolución de la AFIP publicada esta semana en el Boletín Oficial -Resolución 5329/2023- busca poner el foco en los distribuidores que venden a los comercios más chicos, pero en negro, y que tienen precios por encima del mercado.
Luego del anuncio de la renovación del programa de precios, la Secretaría de Comercio continuó negociando con las empresas y firmando incluso adendas a los acuerdos ya firmados. La lista de precios fijos se conoció una semana después y ahora aseguran que todas las compañías ya rubricaron el acuerdo con pauta de aumentos mensuales hasta el 30 de junio.
En un contexto de alta inflación y suba de costos, muchas compañías se plantean cuáles son las posibilidades reales de cumplir con la pauta en un plazo que consideran muy extenso. Los funcionarios de la Secretaría tienen una carpeta de cada compañía con la que negociaron donde cuentan con información de su cumplimento del acuerdo, su estructura de costos, el grado de concentración del mercado y también los montos aprobados para la importación de insumos. Con esos datos, explican, las negociaciones son transparentes y nadie puede decir que es “incumplible”.