Luego de conocerse los primeros resultados de las elecciones del domingo y casi sin tiempo para festejos, comenzó el operativo segunda vuelta. Sergio Massa se impuso con claridad pero quedó abierta la chance para Javier Milei en el balotaje. Por eso, en el peronismo no quieren dejar ningún detalle librado al azar.
En ese escenario, la definición de la elección porteña no podía estirarse, menos aún con la amplia diferencia a favor conseguida por Jorge Macri, que estuvo a décimas de llegar al 50% de los votos y consagrarse en primera vuelta. De allí que esa misma noche comenzó el operativo en la sede de Unión por la Patria para queLeandro Santorode un paso al costado.
La negociación comenzó el domingo a la noche en la sede de Unión por la Patria, cuando Massa se lo pidió directamente al candidato a jefe de Gobierno. Por este motivo, Santoro fue uno de los primeros en irse, cerca de la medianoche. La negociación continuó con dirigentes del peronismo porteño como Matías Lammens y Juan Manuel Olmos, que se quedaron hasta entrada la madrugada junto con Massa
En esa conversación, Massa incluso se disculpó por el pedido. Santoro primero se negó, pero luego reflexionó y dijo que era atendible y que tenía sentido para sumar a la estrategia nacional. El argumento del ministro de Economía es que sin el balotaje porteño, el votante duro de Juntos por el Cambio no se verá motivado a ir a votar y esto le restaría a Milei.
La cuenta que hacen en el entorno del candidato a presidente de Unión por la Patria es que cada abstención o cada voto en blanco lo favorece en la disputa con Milei, por cómo quedó planteado el escenario y esa diferencia de 7 puntos.
Quien continuó las negociaciones hasta pasado el mediodía del martes fue Olmos, que tuvo reuniones con Santoro y seguía en contacto permanente con Massa. Fue siempre el nexo entre las tres patas de lo que era el Frente de Todos, porque tenía vínculo también con el presidente Alberto Fernández. Y es jefe político de Santoro y compartía la decisión de bajarse. La estrategia cerraba desde todos los ángulos.
Las comunicaciones con el candidato del PRO existieron. Massa intentó hacérselo llegar como un gesto, pero Macri sostenía que había que esperar al recuento definitivo porque ahí mismo podía evitar la segunda vuelta. Santoro decidió bajarse igual, para no exponerse a esa situación ni ser tildado de “caprichoso”, con un resultado inicial muy desfavorable.
El domingo, en el campamento de Macri se entusiasmaron con la idea “para empezar a concentrarse en la gestión que se viene”. En los festejos por el triunfo, organizados en un conocido boliche de la Costanera durante la madrugada del lunes, fue uno de los temas recurrentes de todos los intercambios. De todas maneras, descartaban que si se realizaba la segunda vuelta, el triunfo hubiese sido “contundente”
Más allá de esto, el pedido de Massa a Santoro pesó en la decisión. Además, para esa fecha habrá un fin de semana largo en el calendario, con feriado el lunes. “Muchos votos históricamente macristas no van a estar”, augura un asesor de Massa.