Si bien tanto en nuestro país como en el resto del mundo caen los contagios generados por Ómicron, no se descarta la aparición de nuevas variantes por lo que los cinetíficos recomiendan continuar con las medidas como el uso del barbijo y la ventilación.
Pese a que en Argentina el promedio de casos diarios descendió casi un 90% respecto del pico de la ola causada por Ómicron -y que en el mundo también hay una reducción de contagios-, todavía existen brotes de coronavirus en distintas partes del planeta y la posibilidad de que aparezca una variante que impulse otra suba, por lo que especialistas piden sostener cuidados como la ventilación y el barbijo.
El investigador señaló que esta subvariante, que se está volviendo predominante en todos los países, no ha generado un incremento abrupto de casos por la inmunidad generada a partir de BA.1, pero advirtió que “la circulación de BA.2 va a quedar (igual que Delta), y vamos a seguir teniendo olas de contagios”.
Ante el posible surgimiento de nuevas variantes de preocupación, Quiroga indicó que “esto podría provocar nuevas olas con muchos contagios y por lo tanto muertes; y frente a esto con las vacunas no va a alcanzar, lo que lleva a indagar qué hacer ante ese escenario”.
Como respuestas posible, Quiroga sostuvo: “Podemos vivir como 2019 y, cuando las olas explotan, implementar medidas de corto y mediano plazo -lo cual es una mala idea porque la población no lo va a acompañar- o pensar soluciones de largo plazo”.
Este último camino, que para el investigador es el más acertado, es lo que hacen países como Japón, que fomenta la ventilación, instala medidores de CO2 en todos lados, y en caso de que las mediciones den mal instala sistemas de ventilación y purificadores, acotó.
“A nivel global, estamos teniendo unas 10 mil muertes diarias, que son cifras similares a los peores momentos de la ola por Delta. Incluso, se puede remontar a cifras de 2021, antes de las vacunas”, sostuvo Debat, que mencionó el peligro potencial de que surjan nuevas variantes “que quiebren la protección de las vacunas”.
Debat recordó como obstáculo para llegar al fin de la pandemia “la inequidad que hay en el mundo en relación al acceso de las vacunas”, que hace que el virus circule fuertemente en poblaciones con poca cobertura con sus consecuentes mutaciones, lo que aumenta el peligro del surgimiento de variantes de preocupación.
Según datos de ourworldindata.org sólo el 62,5% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de una vacuna y en países con ingresos bajos ese porcentaje desciende al 12%.
“No estamos en el fin de la pandemia, todavía hay brotes por todos lados. Esto va a suceder cuando tengamos una cantidad de infectados a nivel mundial relativamente constante y baja”, señaló, por su parte, el biólogo molecular y biotecnólogo argentino residente en Estados Unidos Ernesto Resnik.
Esta semana, Inglaterra eliminó la obligación legal de aislarse tras dar positivo en coronavirus como parte de un plan llamado ‘Convivir con la Covid’, lo que para Aliaga “se trata de una decisión con fundamentos más políticos que sanitarios”.
Finalmente, Quiroga coincidió en que las medidas implementadas por el Reino Unido son peligrosas porque implican ponerle ‘fin’ a la pandemia por decisión política y te deja sin recursos en el caso de que el escenario empeore”.