Sin novedades concretas respecto del acuerdo con el organismo y con los vencimientos cada vez más cerca, el equipo económico tendrá que recurrir a la creatividad para hacer frente a los compromisos que se vienen.
Mientras se dilata el anuncio formal con respecto a un acuerdo entre la Argentina y el FMI, el Gobierno explora diferentes opciones para cumplir con el pago de US$2700 millones que vence el próximo lunes. Si a eso se suman los casi US$800 millones que vencen el 1° de agosto, las deudas a cancelar la semana que viene superan los US$34000 millones.
En el caso del pago de agosto, el Gobierno podría optar por posponerlo hasta fin de ese mes, como hizo con las obligaciones de julio. En cambio, los compromisos de julio se deberían cancelar sí o sí para no entrar en atrasos con el FMI y complicar todavía más la negociación.
Luego de los tuits del FMI y del ministerio de Economía confirmando que alcanzaron un entendimiento en los “aspectos medulares” del acuerdo, en el palacio de Hacienda explican que ya hay un documento base, que ahora recorre los despachos técnicos del ente multilateral para lograr el acuerdo a nivel del staff, que luego debe ser aprobado por el directorio.
En el Gobierno aseguran que cuando eso suceda, llegarán los desembolsos, que serán en dos tramos. Algo similar confirmó el propio Sergio Massa en una entrevista en la que dijo que habrá un primer ingreso de fondos durante la tercera semana de agosto y otro, más pequeño -equivalente a un 25% del total-, en la primera semana de noviembre.
Ese calendario, aún si se confirma, no tiene correspondencia con el cronograma vigente de pagos para la Argentina. Por lo tanto, el ministerio de Economía debe explorar opciones para hacer frente a esos compromisos.
Las tres opciones de Sergio Massa para pagarle al FMI
Una alternativa, que fuentes del Gobierno reconocen estar estudiando, es volver a realizar el pago en yuanes. Sin embargo, no alcanzará esta vez con el remanente del primer tramo del swap con China, que era de US$5000 millones.
Como ya se usó más de la mitad de ese monto (entre el pago el FMI de fin de junio y el financiamiento de importaciones) se debería activar el segundo tramo de US$5000 millones que negoció Massa en su gira por China. No obstante, no está claro si esos fondos están disponibles inmediatamente o si habrá que gestionar una autorización con el gobierno del gigante asiático.
Héctor Torres, exrepresentante ante el FMI, consideró que “lo más probable es que se active el segundo tramo del swap con China y se vuelvan a usar RMB (yuanes)”.
Otra alternativa, a consensuar con el FMI, sería reprogramar los vencimientos de julio, de modo tal de posponerlos un par de semanas y hacerlos corresponder con los desembolsos que llegarían en la tercera semana de agosto.
“El Directorio podría cambiar la fecha de vencimientos de un programa en curso, pero no creo que pueda cambiar el calendario de vencimientos de un programa cerrado, como el de la Argentina, cuyos vencimientos corresponden al programa del 2018″, descartó Torres.
Una última chance sería conseguir un desembolso extra del FMI o de alguna otra contraparte para cancelar los vencimientos de julio antes de terminar de acordar con el multilateral. Con respecto a esta última posibilidad, el exrepresentante ante el FMI, apuntó que el swap con China se puede considerar como un puente financiero. Pero tampoco excluyó otros potenciales prestamistas.
“Brasil, tal vez, pero dudo que (el presidente del Banco Central de Brasil) Roberto Campos Neto sea proclive a la idea. Estados Unidos lo hizo con México en el 95 (con la crisis del Tequila), pero dudo que los contactos del ministro Massa alcancen para llegar a eso”, mencionó Torres.
Sea cual sea el camino que Sergio Massa y su equipo decidan tomar, las definiciones no se demorarán mucho más. En el Palacio de Hacienda confían en tener el acuerdo a nivel de staff entre fin de esta semana y comienzos de la próxima.