César Luis Menotti, uno de los hombres más importantes en la historia del fútbol argentino, falleció ayer a los 85 años luego de sendos problemas de salud en las últimas semanas y múltiples internaciones.
Si bien tuvo una buena carrera como futbolista, principalmente en el Rosario Central de sus amores y con breves pasos por Racing, Boca y el Santos de Pelé, el Flaco alcanzó su esplendor como entrenador. No solo por los logros, sino por haber dejado una escuela a seguir que perdura en el tiempo con cientos de discípulos: el menottismo.
Menotti arrancó su periplo en los bancos de suplentes con un breve paso por Newell’s, pero fue el vistoso Huracán campeón de 1973 lo que lo catapultó a una Selección que venía de papelón en papelón. Supo enderezar el barco, con su estilo, para conquistar el mundo desde casa, en el ’78. Al año siguiente, con un Diego Armando Maradona brillante (al que debió dejar afuera de la Mayor), también lo logró a nivel juvenil en Japón.
Después de la dura eliminación del Mundial ’82, dejó el cargo y se fue a dirigir al Diez en Barcelona, donde ganó tres títulos. También allí empezó a forjarse el interminable duelo con Carlos Salvador Bilardo, su sucesor en la Albiceleste y líder de un pensamiento completamente antagónico, que dividió las aguas del fútbol argentino a fines del Siglo XX.
Menotti también dirigió a Boca en dos períodos, tuvo tres pasos por Independiente (mas uno como mánager) y trabajó en el Atlético de Madrid, River, Peñarol, Rosario Central, la Sampdoria y dos mexicanos, Puebla y Tecos, hasta su retiro en 2007.
Siempre una voz autorizada, en los últimos tiempos se dedicó a ser un hombre de decisión y consulta permanente en la gestión de las selecciones nacionales. Fue clave para sostener con paciencia el proceso comandado por Lionel Scaloni en la Mayor, que sin experiencia previa pasó de interino a campeón de América y el mundo.
Su legado será eterno. Por eso, una innumerable cantidad de figuras del deporte expresaron su tristeza este domingo gris por su partida física. Desde Lionel Messi, pasando por Lionel Scaloni, hasta Ubaldo Matildo Fillol y Pablo César Aimar, quien lleva su nombre en honor a él. También lo despidieron gran parte de los clubes del fútbol argentino de todas las categorías.