El Fondo Monetario Internacional apoyó el cambio a la fórmula jubilatoria que anunció el Gobierno, reconoció que la inflación está bajando de manera más rápida de lo prevista, aunque advirtió que el Poder Ejecutivo necesitará “pragmatismo” para negociar reformas que tengan apoyo político y social.
El organismo volvió a hacer explícito un respaldo general al programa económico del gobierno libertario, a través de declaraciones de la portavoz del FMI y ex subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental Julie Kozack, que aseguró que “el progreso fue impresionante” en términos de correcciones fiscales y de recomposición de reservas en el Banco Central.
En línea con las palabras de Rodrigo Valdés, el economista que supervisa la marcha del programa con la Argentina y que la semana pasada estuvo en Buenos Aires, Kozack reiteró que el equipo económico puso en marcha un “plan ambicioso” para reestablecer “la estabilidad”, que está basado en un “fuerte ancla fiscal, la eliminación de financiamiento desde el Banco Central y la eliminación de impedimentos para el crecimiento”.
En ese plano, Kozack aseguró que “el camino de la estabilización no es fácil” y que será importante “mejorar la calidad del ajuste” fiscal. El Fondo Monetario repite, en las últimas semanas, que el camino hacia el déficit cero en el primer año de mandato libertario no debería recaer en los sectores más vulnerables de la población.
A diferencia de otras declaraciones similares recientes, en que había pedido proteger el poder de compra de los haberes, en este caso la portavoz del organismo dijo que el FMI “da la bienvenida” al cambio en la fórmula jubilatoria que anunció el Gobierno y que implementó por decreto, que migrará desde la fórmula actual de actualización trimestral hacia una que propiciará subas mensuales de acuerdo a la inflación de dos meses antes. Si bien entrará en funcionamiento formal en julio, ya desde abril el Poder Ejecutivo activó aumentos mensuales a cuenta del último incremento trimestral que tendrá lugar en junio.
En una mirada hacia adelante, el Fondo Monetario pidió al Gobierno que busque respaldo amplio para sus medidas, en medio de negociaciones en marcha para conseguir apoyo de los gobernadores a la nueva versión de la ley ómnibus, y mientras el mega DNU espera tratamiento en Diputados tras el rechazo del Senado.
El Gobierno necesitará, según el FMI, “pragmatismo” para “conseguir apoyo político y social para las reformas”. “El equipo técnico y el Gobierno está en negociaciones por el actual programa. Seguimos apoyando para establecer bases para el crecimiento, es prematuro discutir modalidades para un programa potencial en el futuro”, concluyó Kozack.
Así, el Fondo Monetario puso paños fríos a las versiones de un acuerdo más o menos cercano que dé al Gobierno financiamiento adicional que le sirva, por ejemplo, para levantar el cepo cambiario. Es una idea sobre la que repiquetean tanto el presidente Javier Milei como el ministro de Economía Luis Caputo.
En dos semanas Caputo tomará contacto con los principales funcionarios del organismo en Washington en el marco de una de las reuniones anuales del FMI, mientras el Poder Ejecutivo volverá a pagarle vencimientos de deuda.
El jefe del Palacio de Hacienda participará de la Reunión de Primavera, en el Hemisferio Norte, que suele realizarse cada abril en la capital norteamericana y que cita a ministros de finanzas y banqueros centrales de todos los países miembro del organismo. Según informaron fuentes oficiales a Infobae, Caputo participará de esas reuniones, que están fechadas entre el 17 y 19 de abril. No está confirmada aún la agenda de reuniones bilaterales del jefe del Palacio de Hacienda en Washington.
Durante las jornadas de esa semana de abril el Fondo Monetario dará a conocer sus nuevas perspectivas globales para la economía y sus proyecciones actualizadas para las principales economías. Para el caso argentino, el staff report que elaboró el equipo técnico ya dejó en horizonte del FMI una expectativa de recesión de 2,8% y una inflación promedio de 250% en 2024.