La expresidenta Cristina Kirchner se refirió por primera vez desde el cambio de Gobierno al presidente Javier Milei en un extenso documento de 33 páginas que difundió esta mañana a través de sus redes sociales.
“En el día de San Valentín y, como siempre, enamorada de la Patria, comparto con ustedes el documento de trabajo ‘Argentina en su tercera crisis de deuda. Cuadro de situación’. Va con cita de Juan Bautista Alberdi”, posteó en X (Twitter), a solo 66 días de la asunción del mandatario libertario.
El extenso documento hace un recorrido histórico por lo que la exmandataria denomina como los ciclos de crisis de deuda que vivió el país, y ubica al iniciado con el Gobierno de Mauricio Macri como el tercero de ellos, que todavía está en proceso.
Asimismo, cuestionó a funcionarios del actual Gobierno que formaron parte de la gestión macrista, como el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y el asesor presidencial Federico Sturzennegger. Por otra parte, advirtió por la fuerte toma de deuda en dólares e, incluso, recordó a las fuerzas políticas “que obtuvieron fuerza propia que los insuflaron de aires fundacionales no pudieron terminar sus mandatos cuando no lograron darle a la sociedad la calidad de vida que los argentinos demandan”.
En su análisis económico, la expresidenta rechaza la teoría, esgrimida por el presidente Milei, entre otros, de que la inflación es generada por el déficit fiscal. “Nosotros sostenemos que la inflación en Argentina se dispara ante la escasez de dólares y que el endeudamiento compulsivo en dicha moneda no hace más que agravar dicha escasez al profundizar la ya conocida y estructural restricción externa de nuestra economía bimonetaria”, afirmó.
El “documento de trabajo”, tal como lo califica, establece tres momentos de la crisis de deuda en Argentina: el primero, entre 1976 y 1989; el segundo, entre la asunción de Carlos Menem hasta 2001; y la tercera, aún en proceso, según la exvicepresidenta, iniciado en 2016. La particularidad de este último proceso, según Cristina Kirchner, es que trae aparejado un “necesario complemento: ruptura del Estado de Derecho”.
Según Cristina Kirchner, la deuda externa de Argentina, lejos de ser un instrumento de desarrollo, se ha convertido en un ciclo de “veneno” para su economía bimonetaria, especialmente bajo la gestión de Macri. Al mismo tiempo, el análisis critica abiertamente al presidente Javier Milei y al ministro de Economía Luis Caputo, sosteniendo que repiten políticas fracasadas del pasado, lo cual contradice el principio bajo el cual Milei obtuvo apoyo popular. “¿Cuál es la lógica de repetir como Ministro de Economía a Luis Caputo? ¿Por qué ahora va a hacer bien las cosas si, en su momento, lo tuvieron que echar por haber fracasado?”.
Particularmente la crítica de CFK es con el Presidente, con quien tuvo un muy buen trato durante el traspaso presidencial del 10 de diciembre. Al mandatario lo cataloga como “un showman-economista” que llegó a la Casa Rosada.
En otra parte del documento, Cristina Kirchner volvió a despegarse del último Gobierno, a pesar de haber sido vicepresidenta. Si bien resaltó el manejo de la pandemia de COVID-19 y la reestructuración de bonos de deuda privada, cuestionó el acuerdo con el FMI firmado en 2022 que, dijo, “no sólo validó el escandaloso préstamo que obtuviera la administración de Mauricio Macri, sino que condenó al gobierno a una suerte de agonía al obligarse a implementar las políticas dictadas por el organismo multilateral que ordenaba, entre otras cosas, una devaluación del tipo de cambio por sobre la tasa de inflación, realimentando la misma en un círculo vicioso y letal”.
Luego de un largo análisis sobre modelos económicos y experiencias argentinas, las conclusiones del documento dejan a las claras la mirada que tiene la expresidente sobre la actualidad y hasta deja una serie de propuestas que bien podrían formar parte de un programa político.
Allí, advierte que la tercera crisis de deuda que vive el país “no ha alcanzado aún su clímax”, y recordó que “dichos procesos se desarrollan durante años para finalmente desencadenar en una crisis con derivaciones que ya hemos conocido en 1989 y en 2001, pero que nunca son iguales por el contexto histórico, político e institucional. Va de suyo que las medidas adoptadas por el gobierno que se inició el 10 de diciembre de 2023, lejos de evitarlo podrían acelerar este proceso”.
Pese a aclarar que no pretende “la legitimidad” del presidente Javier Milei en virtud del 56% de los votos que consiguió en el balotaje, recordó que en las elecciones generales, con todas las fuerzas en competencia, logró el 30% de los sufragios, el mismo porcentual que en las PASO. Y, ahí, deja una fuerte advertencia: “La legitimidad de origen que da el voto popular no debe hacerle perder de vista al actual mandatario la legitimidad de ejercicio en la gestión de gobierno, que sólo podrá ser lograda partir de mejorar la calidad de vida de los argentinos. En este sentido, cabe recordar que otras fuerzas políticas, en distintas etapas, que obtuvieron fuerza propia que los insuflaron de aires fundacionales no pudieron terminar sus mandatos cuando no lograron darle a la sociedad la calidad de vida que los argentinos demandan”.
Más allá de que en su despedida como presidenta provisional del Senado había dicho que seguiría trabajando en política desde el Instituto Patria, con el documento la exmandataria vuelve a la consideración pública, en momentos en que el Gobierno apenas cumple dos meses y el peronismo busca reorganizarse.