El miércoles 30 de octubre pasado por la madrugada, un audaz robo ocurrió en el estacionamiento de un edificio de la Avenida Figueroa Alcorta al 3000, en el barrio de Palermo.
Según la secuencia reflejada por las cámaras de seguridad, tres delincuentes alzaron el portón del edificio para sustraer dos bicicletas y un monopatín eléctrico en el estacionamiento y luego huir a pie. Las caras de al menos dos de ellos fueron captadas en las filmaciones, desde diversos ángulos: dentro del estacionamiento mismo y en el frente del lugar. Los delincuentes incluso se tomaron su tiempo. El robo comenzó a las 0:30. Estuvieron en la zona casi hasta las 2 AM.
El ataque sorprende por su impunidad en una zona que se supone fuertemente custodiada. Las embajadas de Chile y Canadá se ubican en las cuadras aledañas. Lo mismo el edificio de la TV Pública, que queda a menos de cien metros de distancia. El botín cotiza: las bicicletas, mountain bike de alto costo, alimentan un mercado negro de rodados que se inició en la pandemia y que surge en ferias y en puntos como Facebook Marketplace. La modalidad de levantar portones también se repite a lo largo de la Ciudad, donde ladrones vulneran ingresos simplemente con fuerza bruta.
El hecho ocurrió a doce cuadras de la esquina de Berro y Casares, donde según el relato de un testigo fue apuñalado Mariano Barbieri, el ingeniero asesinado por un celular la semana pasada.
La investigación para esclarecer el crimen de Barbieri continúa en busca de pistas. Por lo pronto, hay una hipótesis con respecto al asesino. Los detectives de la Policía de la Ciudad, dirigidos por el fiscal Marcelo Munilla Lacasa, creen que el asesino es un indigente que frecuenta o frecuentó la zona de la plaza República del Perú, ubicada en la avenida Figueroa Alcorta, a poca distancia del museo Malba y a 9 cuadras de Libertador y Lafinur, donde Barbieri fue encontrado muerto tras pedir auxilio en una heladería.
Los investigadores de la División Homicidios de la fuerza porteña lograron individualizar a quien consideran que es el autor del hecho mediante el rastreo de cámaras de seguridad y el reporte del testigo que llamó al 911 que relató la agresión sufrida por la víctima, ocurrida supuestamente en la zona de Berro y Casares, cercana al Jardín Japonés.
Las cámaras de seguridad coincidieron con el relato del testigo, que habló de un hombre de 30 años con un buzo rojo, la marca distintiva del posible asesino hasta el momento. Gracias al trabajo de cámaras también se pudo establecer el lugar desde donde provenía, lo que llevó a los investigadores hasta la Plaza Perú. Sin embargo, las filmaciones no revelaron la cara del sospechoso que llevaba una gorra, lo que dificultaba aun más su identificación positiva. El cuchillo encontrado en Palermo, presuntamente el arma homicida, tenía una huella parcial que no fue suficiente para una identificación en bases de datos.
Las pericias de ADN a las manchas de sangre en el cuchillo encontrado en Palermo comenzarán hoy en un laboratorio de la fuerza porteña y serán cotejadas con las manchas halladas en la ropa de la víctima.