El presidente Javier Milei cree que el índice de precios al consumidor de abril todavía podría estacionarse en los dos dígitos, aunque confía en que la inflación núcleo estará en un dígito.
Mientras preparaba su mensaje para esta noche, en el que ratificará que marzo fue otro mes de superávit fiscal, afirmó que la suba de los precios regulados impediría que el IPC del Indec llegue a dos dígitos este mes.
Muy cerca del presidente indicaron que es probable que la inflación core, que no toma en cuenta ni los precios estacionales ni los regulados, se ubique en un dígito este mes.
En cambio, la suba de los servicios regulados por el Gobierno, transporte urbano (60%), gas (300%) y agua (200%), más otro incremento en los combustibles (5% en promedio) jugó en contra del proceso de desaceleración de la inflación. “Correcto” indicaron cuando se les preguntó si estos incrementos impedirían llegar al dígito este mes.
En este sentido, Econométrica estimó que la inflación cerraría el mes en torno del 6,5%, mientras que ECO GO calculó 8,5% y la core en 8%.
En tanto, FIEL indicó que “la Inflación Núcleo, que no incluye ni productos estacionales ni regulados, por lo que es el mejor indicador para analizar la tendencia inflacionaria, registró el menor incremento para una segunda semana del mes desde septiembre último”.
“En las últimas 4 semanas la Inflación Núcleo creció 8,1% y 306,4% en los últimos 12 meses”, precisó en su último informe.
Por su parte, Econviews indicó que “los datos de alta frecuencia que medimos en cadenas de supermercados del Gran Buenos Aires (alimentos y productos de cuidado personal) nos mostraron una deflación por primera vez desde que hacemos este ejercicio”.
“No hay dudas que hubo buenas noticias. La recesión hace que haya mayor predisposición a reducir márgenes. La inflación mayorista del 5.4% en marzo de alguna manera anticipa que aflojaron los precios transables en abril”, indicó la consultora de Miguel Kiguel.
“Nuestro escenario base ya se ajustó de un 10 a un 9% para el mes en curso y no descartamos volver a corregir a la baja”, precisó el equipo de Andrés Borenstein.
Sin embargo, aclaró que “es importante señalar que esto es una parte de la inflación”.
“Tal vez la más visible porque el supermercado o el almacén son gastos importantes en todos los hogares. Pero es claro que los servicios no vienen tan bien como los bienes”, indicó.
En particular “la provisión de gas será un dolor de cabeza para las familias en mayo, pero entrará en el IPC de abril. En mayo no sabemos qué pasará, pero es posible que los salarios peguen una remontada o vuelva a subir el transporte público que, al menos en el GBA, se quedó quieto desde febrero”.
“El mensaje es: ‘no menospreciemos a la inercia’ y. “con la suba de salarios y otros costos no transables para las empresas, la caída de márgenes no puede ser eterna”.
“De manera que sugerimos no cantar victoria antes de tiempo. Es decir, abril pinta como un buen mes para la inflación, pero no está ni remotamente ganada la batalla”, afirmó Econviews.
“Adicionalmente como decimos, uno de los efectos secundarios de la baja en la inflación es el atraso cambiario, que en estática no vemos grave, pero en dinámica puede serlo. Abril podría, además, estar beneficiado si es que las prepagas no sólo no aumentan, sino que devuelven parte de los aumentos cobrados”.
“Este tema está siendo controversial mucho más allá de la inflación. Es importante en términos de organización de la economía. Las empresas de medicina prepaga ajustaron entre 2017 y 2023 el 70% de la inflación. Y desde entonces 120% de la inflación. Es decir que si tomamos 2017 como el punto de equilibrio (algo razonable, aunque discutible), las prepagas no tendrían que devolver las subas sino seguir subiendo para volver a 2017″, concluyó en su informe.
El Fondo Monetario Internacional estimó que la inflación terminará en el 150% este año y 45% el próximo.