El Gobierno informó este lunes a representantes del sector agropecuario que unas 20 economías regionales serán excluidas de la suba de retenciones que anunció la semana pasada el ministro de Economía, Luis Caputo, entre las que se encuentran el sector lácteo, el olivícola, el arrocero y el frutiortícola, entre otros. Había descontento en el campo porque se habían vuelto a gravar a sectores que desde septiembre pasado no pagan más derechos de exportación.
La decisión fue comunicada por el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, en una reunión que mantuvo esta mañana con la Mesa de Enlace y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).
En aquella oportunidad, el FMI terminó de bloquear el último desembolso de 2023, postergó la séptima revisión del acuerdo y obligó a Sergio Massa a negociar un rescate con la CAF, Qatar y China.
Yellen respaldó a Shambaugh en la decisión de no hacer el desembolso con la Argentina y reforzó la idea de que el país incumple sus promesas para con el FMI.
Pese a ello, Milei y Caputo consideran que es posible reperfilar las metas del programa acordado con Massa y así lograr un desembolso de aproximadamente 3000 millones de dólares correspondiente a los vencimientos de enero y febrero de 2024.
El ajuste económico propuesto por el Gobierno actual coincide con las metas previstas en el programa firmado con el FMI, pero los fondos para pagar el vencimiento de enero, que es de 2000 millones de dólares, no están.
Son 1922 millones de dólares en enero y 810 millones de dólares en febrero, frente a un desembolso de casi 3000 millones de dólares que debería hacer el FMI, si hay acuerdo entre la administración de Milei y el board, y se evita el default.
Cuando se reúna con Shambaugh, Caputo explicará los conceptos del programa de ajuste, que superan las exigencias previstas por el Fondo respecto a las metas de déficit fiscal, emisión monetaria y reservas del Banco Central.
La traba del acuerdo es exclusivamente política y reside en la confianza que el Fondo depositó en la Argentina. El board del FMI ya no confía en el país y Milei necesitará de toda la presión de la Casa Blanca para cerrar un acuerdo rápido y obtener el desembolso para cancelar los vencimientos de enero y febrero.