El consumo de carne bajó y, por primera vez en los últimos 20 años, el consumo de pollo en Argentina supera al de carne vacuna, un cambio que marca un hito en los hábitos alimenticios del país. Así lo explicó Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas
A pesar de esta caída en el consumo de carne bovina, Argentina sigue siendo el segundo mayor consumidor de carne a nivel mundial si se suman los 115 kilos anuales de carne vacuna, aviar y porcina, quedando solo detrás de Estados Unidos, que registra 120 kilos. “La más cara es la bovina, la intermedia es el cerdo y la más barata es el pollo. Esto responde tanto a cuestiones de precio como a un cambio cultural en el consumo”, afirmó.
El crecimiento del pollo como la opción preferida tiene su explicación en la economía y en su versatilidad en el mercado. “Desde hace 20 años, el pollo se posicionó como la carne más económica al alcance del consumidor. Además, ha avanzado mucho la forma de ofrecerlo: trozado, como pechuga, milanesa o pata muslo. Esto impactó en un crecimiento de al menos 10 kilos por persona, llegando a los 47 o 48 kilos actuales por año”, detalló Domenech.
En cuanto a la producción avícola, Domenech precisó que se esperan 2,5 millones de toneladas para 2024, un número significativo aunque todavía lejos de las 3,4 millones de toneladas que produce la carne bovina, de las cuales un millón se destina a la exportación. “El 90% de la carne aviar que se produce en Argentina es para consumo interno. Solo exportamos entre un 10 y un 12%”, explicó.
Finalmente, el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas subrayó que el consumo de carne porcina también ha crecido considerablemente en las últimas dos décadas, duplicándose de 10-12 kilos a 21-22 kilos anuales por persona. Este cambio refleja una diversificación en los hábitos de consumo que, según Domenech, responde tanto a la oferta como a las preferencias de los argentinos.