Todo el mundo está expectante. La República Argentina también. Y para Javier Milei se trata de un día, más allá del lugar común, clave. Sabe que su gobierno puede no ser el mismo si el presidente electo de los Estados Unidos es su amigo el republicano Donald Trump. O si, por el contrario, la demócrata Kamala Harris es la vencedora. Todo se sabrá esta noche, cuando los resultados aparezcan en las pantallas de todos los dispositivos prendidos a lo largo del globo. Y se sepa quién manejará el país y la economía mas grande del mundo. Argentina no es la excepción. Ni mucho menos.
Y obviamente, en la mente de Javier Milei, sólo está la alternativa de una victoria del republicano; para crear junto a Donald Trump una especie de foro político regional de defensa de las ideas que ambos comparten y proponen para el mundo. AL menos es la visión del libertario. Más allá de las cuestiones ideológicas, hay dos capítulos concretos donde un Trump Presidente de los Estados Unidos, podría ayudar al país a salir de la crisis.
El más obvio de mencionar, pero realista, es la habilitación de un salvoconducto financiero con números medidos en miles de millones de dólares desde el Fondo Monetario Internacional (FMI); para cumplir con la promesa más importante de los tiempos que corren: abrir el cepo de una vez y, quizá, para siempre. Pero hay otro capítulo tan o más importante que el apoyo ante el organismo financiero: poder volver a entrar en el sector de socios comerciales VIP de los Estados Unidos. Esto es, volver a entrar en el atrayente Sistema Generalizado de Preferencias (SGP); un régimen de favoritismos para los aliados políticos de ese país, con la apertura de mercados norteamericanos de bienes y servicios vedados para terceros países.
La posibilidad de un salvataje de Trump en el FMI es una historia conocida. Ante el organismo, y pese a haber presentado sobre la mesa de entrada del Fondo una libreta de calificaciones donde por primera vez en décadas el país consolida los tan mentados superávits gemelos; Argentina sólo puede aspirar a un acuerdo “corto”, que implique cerrar los datos del 2024 y proyectar un nuevo tratado de cumplimiento de metas para el 2025.
Todo esto sin fondos frescos y sólo con el compromiso de la gente de Washington, de recibir dólares para cubrir la mayor parte posible de los depósitos que haya que pagarle al propio FMI. La idea de Javier Milei y Luis “Toto” Caputo, es que la eventual llegada de Trump habilite sólo con un llamado y una presión del norteamericano en su segunda gestión de Presidente norteamericano; la apertura de la billetera de rescates financieros hacia el país. La imaginación local habla de un Trump sacando chapa de patrón de estancia, presionando al Board de Fondo Monetario para que se le habiliten a la Argentina no sólo un nuevo acuerdo Facilidades Extendidas de largo plazo (10 años), sino también más dinero para que se pueda liberar el tipo de cambio. Con fondos que deberían circular por un piso de U$S 7.000 millones y un techo de 12.000 millones de dólares. Nunca menos. Con ese dinero, Milei abriría el cepo y estaría a tiro de avanzar en un período de crecimiento exponencial de la economía. Sólo el jefe de Estado sabe si ya está hablado o no con Trump en el puñado de veces que ambos se encontraron.
Por ahora la única referencia sobre el tema y la apertura de la chequera, fue la que adelantó el ex asesor directo del republicano para América Latina y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver Carone. Esto, sin metáforas, dijo en agosto pasado que “la política de ganar tiempo pensando que con Trump va a conseguir más dinero del Fondo es una ilusión, es ilógica y va a llevar al fracaso. Porque primero no funciona de esa manera. Y segundo, Milei y Trump todavía no tienen relación”. Y completó, Milei y Trump tienen un conocimiento y un respeto mutuo, pero no hay una relación de confianza como la que tenía Macri con Trump. Es muy diferente. Y hay otro problema que yo viví con (el expresidente de Brasil, Jair) Bolsonaro. Aunque haya respeto mutuo, es difícil crear la relación porque no se entienden. Porque ni Bolsonaro ni Milei hablan inglés. Así que va a tardar más tiempo aún crear esa confianza y esa relación”.
Hay un detalle que puede explicar el exabrupto. Claver Carone fue expulsado de la titularidad del BID por un “romance inapropiado” a partir de una denuncia anónima presentada el 29 de marzo de 2022. Quien impulsó esa investigación fue el representante argentino de esos días. El ahora jefe de Gabinete Guillermo Francos.
Habrá que ver que impronta le queda a Claver Carone en una eventual próxima presidencia de Donald Trump. Pero más importante es conocer si en realidad el republicano piensa o no como su ex asesor; o si se trató simplemente de un exabrupto fruto de un resentido.
Más expectativas realistas y, fundamentalmente rápidas, genera la posibilidad que Argentina entre en la lista de exportadores VIP de los Estados Unidos, con la alternativa de una autopista libre de trabas para vender lo que se pueda al mercado más grande e importante del mundo. Aún pese al avance de China. Sólo hay una manera de lograrlo: ingresando en el SGP; técnicamente el acceso preferencial no recíproco al mercado comunitario de productos originarios en países y territorios en desarrollo a través de la exoneración total o parcial de los derechos arancelarios. Argentina estuvo en este selecto grupo entre el 2002 y el 2012; gracias a la gestión que había realizado Martín Redrado en su rol de secretario de Comercio Exterior de la Nación durante la presidencia de Eduardo Duhalde primero, y la gestión de Néstor Kirchner después. En este caso, con Rafael Bielsa de Canciller. EL economista había conseguido que como ayuda de los Estados Unidos para que el país pudiera salir de la crisis (y no tener desvíos ideológicos con otros ayudantes como Hugo Chávez, cosa que ocurrió después), poder acceder a mercados preferenciales dentro del sistema SGP. El gobierno de George Bush aceptó la propuesta, que duró con buenos resultados para el país hasta que ene 2012 Barack Obama la suspendió; como consecuencia de las actitudes poco amistosas con EEUU por parte del kirchnerismo. El SGP se abrió en parte con Mauricio Macri en la gestión, pero sin mucho fanatismo por parte de la administración Trump. Sólo hubo algún buen negocio que se pudo realizar con la exportación de limones, pero a cambio de la apertura del mercado siderúrgico local. Finalmente, la llegada de Alberto Fernández inmediatamente suspendió el régimen y Argentina quedó penando fuera del sistema de preferencias.
Para muchos, la llegada de Trump implica que es el momento de volver a firmar un acuerdo de este nivel. Se trata de una herramienta que facilita las exportaciones, porque, con el SGP y si se cumplen las condiciones, el importador puede pagar menos impuestos.
Para obtener el beneficio es necesario que el producto conste en las listas de mercaderías con derechos a SGP, divulgadas y actualizadas periódicamente por los otorgantes; sea originario del país exportador beneficiario y sea transportado directamente del país exportador beneficiario al país otorgante importador.
Son considerados originarios los productos enteramente producidos en el país. Sin embargo, pueden ser utilizados materiales o partes importadas o de origen indeterminado en la composición del producto a ser exportado, desde que sean cumplidas las Reglas de Origen establecidas por los países otorgantes.
Todo puede ser ganancias y buen clima económico entre los dos estados, en el caso que Trump venza en las elecciones de hoy. Que pasaría si la vencedora fuera Kamala Harris. No hay mucho análisis que realizar. Mas o menos lo que sucede en estos tiempos.