Gregorio “Goyo” Pérez Companc, dueño de la alimenticia más grande de la Argentina, Molinos Río de la Plata, y uno de los hombres de negocios del país, murió este viernes a los 89 años.
Era titular de la cuarta fortuna del país, según la revista especializada Forbes, y se había retirado de la presidencia del grupo que lleva su apellido en 2009, dejando a sus hijos al control de las unidades de negocios en alimentos, agro y energía.
El empresario oriundo de Buenos Aires era dueño de la alimenticia más grande de la Argentina, Molinos Río de la Plata. Participó de múltiples negocios, aunque la mayor parte de sus activos se encontraban en empresas de alimentos, telecomunicaciones y energía.
Hijo de Benito Bazán y Juana Emiliana Molina, sus padres decidieron darlo en adopción a los 11 años. En 1946, Margarita Companc de Pérez Acuña le brindó su apellido. Antes de morir, su madre adoptiva les hizo jurar a sus tres hijos biológicos que a Gregorio le correspondería los mismos derechos que a ellos.
A los 15 años, se introdujo en el mundo de los negocios junto a su hermano adoptivo, Carlos y años después fundó su primera empresa, la naviera Pérez Companc
El empresario logró consolidarse como uno de los más influyentes del país a través del Grupo PeCom, dedicado al sector energético, hoy en manos de tres de sus siete hijos en la actualidad. En 1999, Pérez Companc fundó una de las principales alimenticias de la Argentina, Molinos Río de la Plata.
Además. según la revista especializada Forbes, Pérez Companc y su familia se situaron como la cuarta fortuna del país con 4200 millones de dólares. También se ubicó en el puesto 767 de los hombre más ricos del mundo.
A fines de mayo, tres de sus siete hijos les compraron a sus hermanos las principales compañías del grupo en una operación por unos 550 millones de la moneda estadounidense.