El Gobierno nacional confirmó hoy que el presidente Javier Milei dejará de utilizar vuelos comerciales en sus viajes, tal como había hecho desde el comienzo de su gestión.
“El Ministerio de Seguridad nos advirtió sobre ciertos riesgos que existen sobre que el presidente siga volando en vuelos comerciales comunes. El Presidente no puede viajar más en vuelos comerciales y el Ministerio de Seguridad les ha elevado a todas las partes un informe reservado del por qué de esta sugerencia. Efectivamente el Presidente dejará de usar vuelos comerciales para viajar”, afirmó Adorni ante una pregunta de Infobae.
Más allá de lo que dijo Adorni, en la Casa Rosada admiten que fue un error dejar de utilizar la flota oficial para los viajes del Presidente, y recordaron que tuvo que suspender su viaje a Dinamarca por los riesgos que implicaba que tomara un vuelo comercial en medio de la escalada de tensión por el ataque de Irán a Israel. De todas formas, aclararon que no recibieron ninguna amenaza contra el mandatario.
Además, confirmaron que el exjefe de la Casa Militar Alejandro Guglielmi había advertido sobre los riesgos de que el mandatario se moviera en vuelos de línea. Guglielmi fue removido de su cargo en marzo por decisión de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
El viernes, Milei tiene previsto viajar a Bariloche para participar del Foro Llao Llao. Esa será la primera oportunidad en la que utilizará la flota oficial.
Como muestra de austeridad, Milei había anunciado, antes de asumir como Presidente, que no utilizaría la flota oficial y que se trasladaría en vuelos comerciales. Así lo hizo cada vez que viajó al exterior en estos meses.
Según expertos, el Estado debería destinar más de 10 millones de dólares por año para mantener la flota en las condiciones actuales. A eso se suman los sueldos de unos 140 empleados, entre tripulantes, mecánicos, abogados, pilotos, y empleados administrativos. Son más $140 millones por mes.
El avión más costoso para mantener es el ARG 01, adquirido durante la gestión de Alberto Fernández. Aunque llegó hace menos de un año, en breve debería atravesar una inspección mayor, lo que demandaría una inversión de más de 3 millones de dólares. El gobierno saliente lanzó una licitación para realizar esos trabajos a horas del cambio de mando y con la mayoría de los funcionarios renunciados.
El avión está parado desde fines de diciembre, cuando fue a Estados Unidos para una inspección técnica. Solo se movió el viernes 2 de febrero para ir y volver a la provincia de Mendoza. Solo de combustible, ese viaje insume unos 20 mil de la moneda estadounidense. En el vuelo habría viajado María Belén Agudiez, la subsecretaria de Planificación General. “No era vuelo necesario por cuestiones mecánicas, tampoco para cumplir con horas de vuelo de los pilotos”, confirmó una fuente aeronáutica.
Para comprar el ARG 01, el Gobierno tuvo que invertir 21.730.000 de dólares y entregar el viejo Tango 01, que estaba valuado en unos 3 millones del dinero estadounidense. El año pasado, el avión fue usado varias veces por el ex presidente, Alberto Fernández, y por el ex ministro de Economía, Sergio Massa. En cambio, la ex vicepresidenta, Cristina Kirchner, nunca se subió y utilizó para sus traslados dos aeronaves de YPF: un Learjet 60, matrícula LV-BTA, y un Embraer Praetor 550, registrado con la matrícula LV-KGJ.
El Gobierno actual anunció que esos dos aviones se venderán, aunque el proceso lleva mucho tiempo. Con tiempo, se podría recaudar entre 15 y 19 millones de dólares.
En plena campaña, Milei había respaldado la compra de un nuevo avión presidencial por “cuestiones de seguridad”. “(Alberto) No se lo lleva a la casa…. quien sea el próximo presidente lo va a usar”, dijo en una entrevista con TN. Sin embargo, cuando llegó a la Casa Rosada, cambió de opinión.