El ministro de Economía Luis Caputo se reunió este jueves con la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos Janet Yellen en el marco de la cumbre de ministros de finanzas y banqueros centrales del G20 en Sao Paulo.
La funcionaria de la Casa Blanca apoyó el plan económico del gobierno de Javier Milei y pidió, en línea con el Fondo Monetario Internacional, que el ajuste fiscal proteja “a los más vulnerables”, algo que consideró de “vital importancia”. Caputo, por su parte, aseguró que cree que el plan económico del gobierno libertario será “un punto de inflexión para la historia argentina” pero que la economía deberá atravesar “momentos difíciles en un corto período”.
Se trata de la primera reunión entre el jefe del Palacio de Hacienda y la funcionaria clave de la Casa Blanca, en el marco de una relación con el FMI que podría migrar, en las próximas semanas, en dirección de un programa distinto. El respaldo que pueda conseguir el equipo económico por parte de Yellen es decisivo ya que el Tesoro traduce sus posturas en torno al apoyo financiero a un país en el directorio del Fondo Monetario. EE.UU. es el único país con poder de veto en el board.
La reunión comenzó minutos después de las 14 en uno de los salones principales de reuniones bilaterales, en el primer piso de la Bienal de San Pablo. Caputo llegó algunos minutos antes acompañado por el secretario de Finanzas Pablo Quirno. Yellen llegó escoltada por Jay Shambaugh y Willian Howlett, dos asesores de primera línea del Tesoro estadounidense. La reunión empezó a pesar de que dos sillas vacías todavía esperaban por el presidente del Banco Central Santiago Bausili y el vice Vladimir Werning.
El encuentro con la número 1 del Tesoro norteamericano fue la última de una serie de reuniones con máximas autoridades económicas de distintos países, entre ellos Christian Lindner, el ministro de Finanzas alemán, Bruno Le Maire (Francia), Carlos Cuerpo (España) y Giancarlo Giorgetti (Italia). El Gobierno necesita empezar a cosechar apoyos en la comunidad internacional porque en caso de una que una negociación técnica con el FMI por un programa nuevo, algo que podría empezar en las próximas semanas, se trabe, el apoyo político puede terminar de allanar el terreno para un entendimiento.