El Gobierno y el FMI podrían iniciar reuniones técnicas en las próximas semanas para analizar si es viable un programa financiero nuevo.
Algunos temas en discusión en la agenda están relacionados a los próximos pasos de política económica del Gobierno, como qué ancla nominal darle a la economía en la próxima etapa del plan económico del Poder Ejecutivo, cuánto fondos nuevos podría enviar Washington para reforzar las reservas del Banco Central ante una salida del cepo cambiario y un descongelamiento del ritmo de devaluación del dólar oficial.
La chance de un programa financiero nuevo apareció en Buenos Aires con la visita de la subdirectora gerente Gita Gopinath, continuaron con Kristalina Georgieva este miércoles en San Pablo, donde se realiza la cumbre de ministros de Economía y banqueros centrales del G20 y, se espera, comenzarán a tomar forma entre Buenos Aires y Washington en las próximas semanas. En el Poder Ejecutivo aseguran que hay margen de negociación hasta noviembre, cuando termina el esquema de desembolsos del programa actual, pero fuentes oficiales sugieren que hay espacio para una resolución mucho más rápida.
Para llegar a un acuerdo el Gobierno necesitará consenso técnico y apoyo político. En la agenda técnica los planes que tenga el equipo económico para los próximos meses serán materia de discusión. El FMI cree que el Banco Central debería acelerar el ritmo de crawling peg (devaluación del dólar oficial) y que debería pasar a un esquema de tasas de interés real positivas. En el Gobierno lo descartan porque implicaría, aseguran “un piso más alto para la inflación y necesitamos bajarla lo más rápido posible”.
Si bien no arriesgan una cifra, creen que lo ideal antes de una medida de esa naturaleza es que el colchón de reservas muestre, al menos, un nivel de reservas netas en terreno positivo. Cuando se inició el Gobierno de Milei las arcas internacionales eran de más de 10 mil millones de dólares negativas. La discusión con el FMI también versará sobre cuál será el ancla nominal para los próximos meses. El Gobierno es más proclive en utilizar al tipo de cambio, pero para eso necesitará la plata del Fondo como reaseguro.
Caputo va ahora en dirección a una segunda etapa del programa económico que inauguró en diciembre con las medidas de emergencia como la devaluación del tipo de cambio, el descongelamiento de precios, el aumento del impuesto PAIS, la reducción de la deuda comercial importadora a través de la emisión de bonos en dólares por parte del Banco Central y un ajuste inmediato del gasto público. En esta segunda etapa, el Gobierno, y el FMI, ya tienen identificado el camino a seguir: la eliminación de controles cambiarios. Está en discusión aún el timing, pero hay consenso en que para eso necesitará el BCRA un colchón de divisas que el Fondo Monetario podría aportar.
En el Poder Ejecutivo volvieron a mirar con especial atención a aquellos fondos que quedaron sin desembolsar del acuerdo Stand By de 2018, que suman 12 mil millones de la moneda estadounidense. Para algunos conocedores de la dinámica y el pensamiento del Fondo, la vigencia del EFF (Extended Fund Facility) desde marzo de 2022 dejó vetusto ese programa y no estaría, así, al alcance de la mano del Gobierno.