Después de más de un mes de dilatar el nombramiento, y de una extensa danza de nombres vinculada además con los diferentes sectores en pugna, el gobierno al final decidió que el ex diputado neuquino ultraconservador Francisco Sánchez sea el próximo secretario de Culto,
Sánchez, tal como había publicado este medio, había quedado al tope de las preferencias de la canciller Diana Mondino -le hizo el ofrecimiento en estas horas- para ocupar el sillón que dejó vacante Guillermo Oliveri el 10 de diciembre y que estuvo en estas semanas -aún lo está, hasta que se oficialice el nombramiento- del ministro Alberto Balboa Menéndez de manera interina. Resta ahora que confirme en el Boletín Oficial.
Diputado mandato cumplido de Acción Republicana, referenciado en el PRO, Sánchez trabó un vínculo sólido con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, una de las que, según trascendió, lo impulsó para ese puesto, para apuntalar, en parte, su proyección nacional en medio del intenso tironeo interno y del quiebre en su relación con Mauricio Macri. El elegido secretario de Culto pretende instalarse en Neuquén, la provincia de la que es oriundo.
Sin embargo, fuentes partidarias abundaron en que Victoria Villarruel fue una de las principales promotoras del ex legislador. En los últimos meses, la vicepresidenta empezó a robustecer sus conversaciones con la Iglesia católica. El presidente Javier Milei, de todos modos, también dio su visto bueno. En ese rubro, recibe consejos permanentes por parte del diputado Santiago Santurio, muy relacionado con parte de la Iglesia.
El ex diputado saltó a la fama durante la pandemia, cuando festejó la puesta en escena con bolsas mortuorias en Plaza de Mayo con carteles identificatorios de dirigentes del kirchnerismo, una acción callejera que fue repudiada por parte del arco político. Pero Sánchez fue un paso más cuando pidió la “pena de muerte” para la ex presidenta Cristina Kirchner en el marco del alegato del fiscal Diego Luciani por el juicio de la obra pública: había presentado un proyecto de ley con esa iniciativa. Finalmente, se retractó.
Es, en ese sentido, un perfil complejo para buena parte de la Iglesia católica, en una secretaría muy sensible que debe administrar la relación con los cultos.
La definición de Mondino se da horas después de que el Papa Francisco recibiera al ex presidente Alberto Fernández en Roma, que se despidió de la gestión con una serie de tropiezos en la vinculación con el Vaticano; de que el Sumo Pontífice resaltara en una entrevista televisiva su deseo de visitar la Argentina “en la segunda mitad del año”, y del viaje que el presidente Milei tiene previsto realizar en la primera quincena del mes próximo, para la canonización de la beata María Antonia de Paz y Figueroa, popularmente conocida como Mama Antula, que tendrá lugar en el Vaticano el 11 de febrero.
Si bien la Casa Rosada aún no confirmó la visita oficialmente, fuentes gubernamentales sí dieron por seguro el viaje. Sería, en ese caso, el primer cara a cara entre el presidente y el Papa después de una campaña plagada de declaraciones muy polémicas del jefe libertario hacia Francisco. Una vez que Milei ganó el balotaje, hablaron por primera vez telefónicamente, un contacto propiciado por el oftalmólogo papal y el legislador Ramiro Marra.
La semana pasada, el jefe de Estado tuvo otro gesto de acercamiento: le envió una carta con la invitación formal al Papa al país tras una serie de cortocircuitos y teléfonos descompuestos entre la Iglesia y la Casa Rosada. El miércoles al mediodía, el ministro Guillermo Francos había almorzado en el departamento de una ex diputada jujeña, con buenos nexos con la curia, con un grupo de obispos. Días antes, la secretaria General, Karina Milei, había recibido en su oficina a monseñor Oscar Ojea, titular de la Conferencia Episcopal.
Ahora, tras la definición de Sánchez en Culto, el gobierno deberá decidirse por el embajador ante la Santa Sede: María Fernanda Silva, nombrada en ese destino por la anterior gestión, ya prevé volverse al país en los primeros días de febrero.
Se especula en ese sentido con que Milei podría llevarle en persona al Papa el nombre del próximo o la próxima embajadora ante el Vaticano. Circularon dirigentes de todo tipo y procedencia. El último viernes, según fuentes de Cancillería, Mondino recibió en su despacho al empresario Jorge O’Reilly, de la desarrolladora Eidico, que era impulsado por un sector de La Libertad Avanza.
Pero en las últimas horas trascendió que la canciller, es decir el presidente, se inclinaría por un diplomático de carrera. Se especula, en esa línea, con el nombre de Pablo Beltramino.