Con quince días de retarde pese a lo anunciado, desde la medianoche empezó a regir el nuevo cuadro tarifario en el transporte metropolitano. Será el primer tramo al que se sumará otro desde el primero del mes próximo, al menos si los planes del Gobierno se cumplen.
Empieza así, el camino que se propuso el presidente Javier Milei para bajar la proporción de los subsidios en el gasto total de la Administración Pública.
El boleto mínimo de colectivos pasará de los actuales $52,96 a $76,92, es decir, un 45% de incremento. El ferrocarril, por su parte, también exhibirá un incremento similar. Las líneas Mitre, Sarmiento, San Martín, Urquiza y el Tren de la Costa tendrán una tarifa de $48,38 para el tramo más económico (el que le sigue es de $61,57), mientras que el Roca y el Belgrano Sur y Norte, pagarán $37,38 en la sección 1 y $48,38 para la segunda.
El transporte ferroviario de pasajeros se encuentra fuertemente subsidiado por el Gobierno Nacional, siendo el monto del subsidio mensual transferido a las operadoras ferroviarias equivalente al 98% del costo de operación, ello producto de una política pública equivocada de congelamiento de tarifas del entonces Ministerio de Transporte”, se puede leer en un comunicado del Ministerio de Infraestructura.
Todo indica que esta misma semana, mediante la convocatoria de audiencias virtuales y no vinculantes, se dará inicio al proceso de revisión integral para tener un nuevo esquema vigente el 1° de febrero. En el Gobierno trabajan con un objetivo claro: los colectivos deberían costar, al menos, $270 por tramo, y el ferrocarril un 60% de ese valor, es decir, $160.
El aumento que se inició a la cero hora de hoy debería haberse aplicado desde el 1° de enero pasado. En el Gobierno intentan explicar la tardanza en la carga del nuevo cuadro en las máquinas de SUBE. Sin embargo, esa operación, confiaron fuentes del sistema, es simple y rápida y se puede hacer en horas.
Lo que sucedió es que varios contratiempos aparecieron. En principio, hubo varios errores administrativos y falta de conocimiento específico para ponerlo en marcha ni bien anunciado. Solo algunos días después de que se conozca la iniciativa, salió la resolución.
Los cuadros tarifarios, que deben ser comunicados a cada una de las empresas que aplicará ese nuevo precio del boleto, llegaron hace unos pocos días. Además, hubo formalidades administrativas que pasaron por alto. Una cosa más, el Secretario de Transporte, Franco Moguetta, fue designado el 5 de enero pasado, demorada como la de varios funcionarios del Ministerio de Infraestructura.
Audiencia virtual
Por estos días se espera la convocatoria formal a la audiencia pública para llevar la tarifa a valores cercanos a los que se pagan en el resto del país. “Nuestro objetivo es colocar la tarifa en valores similares a los del interior. Y con eso no sólo me refiero a lo que sucede en provincias como Córdoba o Santa Fe, sino también, en Mar del Plata, donde se viaja en transporte urbano a cambio de $297″, dijo una fuente oficial empapada de la negociación.
Será cuestión de decisión oficial ya que las audiencias no son vinculantes ni tampoco presenciales. Con lo cual, cumplida la formalidad, se avanzará con la nueva tarifa.
La idea de Milei y su equipo es baja la dependencia del subsidio que tiene el transporte para circular. De hecho, como se dijo, el tren tiene 98% de subsidios sobre el total de dinero que necesita para circular, mientras que el colectivo, alrededor del 90. Sólo una cuestión para recordar: hasta 2002, y pese a las enormes crisis argentinas, jamás el Estado destinó un peso, o austral, para subsidiar el boleto del transporte automotor.
Los tiempos cambiaron y de acuerdo a los últimos datos publicados por el Ministerio de Transporte, el año pasado se destinaron $454.714 millones para compensar a los dueños de las empresas.
El ferrocarril, donde conviven varias empresas como Belgrano Cargas y Logística, Sociedad Operadora Ferroviaria (Sofse), Administradora de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), Desarrollo de Capital Humano Ferroviario y Ferrocarriles Argentinos necesitaron $332.498 hasta noviembre, último dato presentado por la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).
Más allá de la intención de bajar el subsidio, el sistema está inmerso en una deformación muy difícil de corregir, acentuada por la fuerte inflación. A medida que sube la tarifa, los costos se escapan.