“Milei dijo que el cuarteto era una mierda, y yo en mi casa bailo cuarteto. Esos son los dos países que están en juego”, dijo Sergio Massa en las últimas horas en Córdoba y la acusación pareció tener la gravedad suficiente como para que Javier Milei saliera a contestarle públicamente. Pero la disputa entre el ministro candidato y el candidato libertario va obviamente más allá de los gustos musicales, en una provincia que ha demostrado que puede definir presidencias.
Massa estuvo en Córdoba el lunes y el martes: encabezó un acto en Río Cuarto, la segunda ciudad más grande de la provincia, con anuncio económico incluido, junto a tres intendentes del PJ, y mantuvo encuentros con empresarios y productores agropecuarios. También se mostró sorpresivamente con Juan Manuel Urtubey, el exgobernador salteño que buscó en su momento armar un espacio de “peronismo federal” con el cordobés Juan Schiaretti, y realizó un acto importante en la capital con dirigencia peronista y sindical local.
Además, dio una entrevista al medio cordobés La Voz del Interior, y fue allí donde acusó a Milei de detestar el cuarteto. “Sos un mentiroso. Te desafío a que muestres cuando he dicho semejante cosa. Te cuento que Rodrigo es parte de la música con la que viajamos por todo el país”, respondió el libertario en Twitter. Lo hizo cuando la acusación del ministro ya se había viralizado, y luego subió un video, efectivamente musicalizado con cuarteto, con el que había promocionado su campaña en Córdoba en febrero.
Córdoba fue en la última década territorio difícil para el kirchnerismo y lo que hasta el 2015 fue el Frente para la Victoria, en el 2019 Frente de Todos y hoy Unión por la Patria. En la elección de octubre, Massa salió cuarto en la provincia como candidato a presidente, con el 13% de los votos; Milei salió primero (33%), Schiaretti segundo (29%) y Patricia Bullrich, de JxC, tercera (22%).
La provincia, con más de 3 millones de electores habilitados, es el segundo distrito electoral del país.
conversó con dirigentes peronistas, radicales, del PRO y del LLA en medio de la polémica por el cuarteto y en todas las conversaciones surgió el balotaje del 2015 entre Mauricio Macri -hoy sostén clave de Milei- y Daniel Scioli como antecedente para leer la elección del próximo 19 de noviembre.
Hace ocho años, el 22 de noviembre del 2015, el fundador del PRO ganó la segunda vuelta con el 51,3% de los votos, sobre el 48,6% de Scioli. Pero en Córdoba, la diferencia había sido 71% a 29%, en lo que la dirigencia cordobesa redondea y define como “voto fernet”.
“Podemos llegar a tener un porcentaje similar al del fernet, como decimos, 70-30. Nuestra provincia es anti K y por más que muchos dirigentes digan ‘a’ o ‘b’, los cordobeses no somos mansos”, se entusiasman en LLA. “Va a venir más cargado, podría ser un 80-20, y eso significa compensar bastante si a Massa le va muy bien en Buenos Aires”, pronostican ahora en el PRO cordobés, que hoy respalda la candidatura del libertario.
Curiosidad del antecedente: Massa había competido en la primera vuelta del 2015 como candidato a presidente de una “tercera vía” llamada Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), alianza que había fundado justamente con José Manuel de la Sota, que hasta entonces gobernaba Córdoba, y a quien en los últimos días recordó más de una vez en su campaña por la provincia. En el balotaje, Massa no manifestó apoyo a ninguna candidatura, aunque hizo habló de la necesidad de un “cambio”.
Si el ministro candidato le dedicó a Córdoba dos días de campaña a diez días del balotaje, en La Libertad Avanza ya anticiparon que Milei cerrará su campaña el jueves de la semana que viene en la capital de la provincia.
Una de las incógnitas es qué tipo de “recibimiento” tendrá la visita del libertario de parte de la dirigencia local, en comparación a la que recibió el ministro candidato.
Según indicaron en el espacio que llevó a Schiaretti y Florencio Randazo como fórmula presidencial en la elección del 22 de octubre, ninguno romperá antes del 19 de noviembre la “neutralidad”, ni llamará a votar por ninguno de los dos candidatos.
“El escenario es parecido al 2015, Córdoba puede inclinar el resultado nacional para un lado o el otro, el Gringo (Schiaretti) lo tiene claro y Florencio también, pero ninguno se cree dueño de los votos. Gane quien gane, somos un espacio respetuoso, con representación parlamentaria para defender el federalismo y las instituciones. Seremos serios, vamos a darle gobernabilidad a quien gane, porque se va a necesitar responsabilidad y acuerdos gane quien gane”, señalan.
Pero tanto Schiaretti, como su alfil y quien lo sucederá en el gobierno de la provincia, Martín Llaryora, conocedores tal vez de su electorado, se encargaron en las últimas horas de marcarle la cancha a Massa. Antes y durante la visita del ministro a la provincia, el mandatario cordobés y excandidato presidencial lo vinculó al juicio político que impulsó el kirchnerismo contra la Corte Suprema y cuestionó su “federalismo tardío” en vísperas de la elección.
En la UCR, que también en Córdoba se declaró neutral, hay quienes advierten que las declaraciones de Schiaretti son “pour la gallerie” y que al menos una parte de los intendentes del peronismo trabajan territorialmente para la campaña massista. “Están laburando por lo bajo. Massa sacó 13, el territorio le puede llegar a mover 10 puntos más. Puede haber bastante voto en blanco. Pero ya llegar al 70-30 sería un logro para Massa”