La empleada había reprendido a la hija de la pareja por haber dejado la puerta del ascensor abierta. Los padres de la adolescente increparon a la mujer y le pegaron. Ambas mujeres están imputadas por lesiones leves recíprocas y se están realizando las medidas de prueba.
Lo que comenzó como una discusión entre dos mujeres terminó con una brutal agresión por parte de la esposa de un diplomático, que agarró de los pelos y tiró al piso a la encargada de su edificio ubicado en el barrio porteño de Recoleta. Todo quedó filmado por las cámaras de seguridad.
El conflicto comenzó porque la encargada del edificio habría retado a la hija de la pareja por haber dejado la puerta del ascensor abierta. El descuido generó que ningún vecino en todo el edificio pudiera tomarse el ascensor para subir a su departamento o salir del mismo.
Tras el reto, la pareja increpó a la encargada en la puerta del edificio ubicado en Arenales y ahí comenzó una discusión entre las dos mujeres. Todo sucedía del lado de afuera del lugar y bajo la atenta mirada de César Lawson, un hombre que trabaja como diplomático en Panamá.
La discusión comenzó a subir de tono hasta quela mujer-identificada por la portera como Jessica Giovana Pineda – agarró de los pelos a la encargada y la tiró contra el piso. Tras el brutal impacto contra el suelo, el hombre primero se acercó a la víctima y luego trató de ayudarla para que se levante.
Mientras el diplomático intentaba colaborar para que el conflicto no pase a mayores, la agresora continuaba insultando a la portera, quien no alcanzó siquiera a poner las manos antes de caer al piso. Unos minutos después, el hombre tuvo que intervenir para que la empleada no atacara a su esposa.
Dos cámaras de seguridad ubicadas en distintos sectores del edificio de Recoleta filmaron el momento del ataque. Por estas horas, la causa está en trámite en la Justicia y se están realizando las medidas de prueba.
Juliana, la encargada del edificio que sufrió la agresión de la esposa de César Lawson contó cómo fue la discusión previa al ataque y relató el calvario que vive desde que denunció el caso: desde cartas documento para que no hable del diplomático hasta amenazas dentro del edificio.
“Ellos bajaron a las 19.30, me increparon y me dijeron que no tenía que dirigirme a una menor. Yo les pedí perdón, les dije que no sabía que su hija era menor y les pregunté por qué si era menor le dejaban abrir la puerta para que entre cualquier persona”, relató la portera.
La respuesta de Jessica Giovana Pineda fue contundente: “Me dijo que es capaz de hacer cualquier cosa por defender a su hija y que yo había hecho muy mal en dirigirme a ella”. La discusión parecía haberse terminado y, según el relato de Juliana, la mujer se había metido dentro del edificio. Sin embargo, regresó sobre sus pasos.
De acuerdo al testimonio de la víctima, la esposa de Lawson volvió para decirle que iban a dejar nuevamente el ascensor abierto y la encargada les respondió que tenían que respetar el reglamento porque “en el edificio vive mucha gente”. Fue entonces que ocurrió el brutal ataque.
“Cuando la señora me agarró del pelo y me dio un puñetazo en la frente quedé inconsciente. No me acuerdo de cuando caí y en la frente tengo un moretón y un agujero porque se ve que también me clavó la uña”, relató la mujer sobre el impactante episodio.
Juliana detalló que sufrió dos hernias en la cervical a raíz de la caída y que continúa con una fuerte contusión en las piernas pese a que el ataque fue en mayo. “Tengo el brazo izquierdo que se adormece y rompí un montón de cosas porque se me caen cuando las agarro. Tengo dolores de cabeza por la hernia en la cervical. El viernes el psiquiatra me tuvo que aumentar la medicación porque tengo mucho miedo”, contó.
Además, denunció que la ART no se quiere hacer cargo de los gastos de los diferentes estudios y que solo paga el psicólogo y el psiquiatra. La mujer, que vive en ese edificio hace 13 años, teme por su vida y denuncia que sufrió amenazas y cartas a documento por parte del diplomático.
“Él me puso un bozal legal, por eso no puedo nombrarlo, y me mandó una carta a documento. Cuando ocurrió el conflicto llamó por teléfono y habló con un policía durante 20 minutos. El policía me engañó esa noche y me dijo que si quería seguir con la denuncia penal nos iba a meter presas a mí y a la señora. Me vi obligada a firmar el acta como estaba escrita porque necesitaba atención médica”, explicó la mujer.
La encargada contó que, luego de unos días, llevó un sobre con la denuncia y los estudios de la ART y de la obra social a la embajada de Panamá junto con los videos de las cámaras de seguridad. “Les pedí que me firmen la carta que decía qué era lo que contenía el sobre. Me firmaron que lo recibieron, pero después no respondieron. Según la mujer, fue por ese motivo que César Lawson decidió mandarle una carta documento: “Él dice que lo perjudiqué económicamente y psicológicamente por la carta que le mandé a la embajada”.
Bajo todo ese contexto, la preocupación más grande de Juliana es que vive sola en el mismo edificio que sus agresores: “Me siento sola y con mucho miedo. Mi hija vive afuera, está casada y tuvo un bebé, por eso no puede volver. Es una pesadilla para mí, hay lugares en que no hay cámaras y tengo miedo de que me ataque esta gente”, dijo entre lágrimas.
En ese sentido, se lamentó por el trato que recibió por parte del consorcio del edificio: “Tuvieron una reunión, pero jamás me preguntaron cómo estaba, lo único que me preguntan es cuándo vuelvo a trabajar. Yo estoy hace 13 años en ese edificio y esta gente vino en marzo”.
“Ellos siguen viviendo en el mismo edificio como si nada, entran y salen. Yo tengo mucho miedo, es una pesadilla bajar de mi casa. Pedí la perimetral y el botón antipánico, pero no me lo dieron hasta el día de hoy”, cerró.