Presidenciables y dirigentes de peso pidieron prudencia y esperar que el tribunal que juzga a la vicepresidenta tome una decisión. El relato de la proscripción. Massa con EE.UU. y el viaje de Larreta a Washington
Los antecedentes no ayudan. Después de una semana de fragor y desbordes en el Congreso Nacional, el pedido que bajaron los principales líderes que conducen la coalición opositora de Juntos por el Cambio fue moderar las declaraciones públicas y evitar echar leña a un fuego que pareció prenderse sobre un campo reseco. Por más alegrías mundialistas que haya, diciembre no suele ser un mes en Argentina para jugar con la paciencia de nadie. Y menos cuando se anuncia una inminente condena por corrupción contra una ex presidenta y vicepresidenta en ejercicio. Inédito, histórico y, sobre todo, grave.
Cristina Kirchner y el kirchnerismo en todas sus modulaciones ya descuentan una condena inevitable. No serán los 12 años de prisión más la inhabilitación perpetua que pidieron los fiscales federales Diego Luciani y Sergio Mola, pero los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso anunciarán mañana un fallo que, seguro, será contundente y de alto impacto.
Después de una semana de rebeliones imaginarias y conatos de movilizaciones, los seguidores de la vicepresidente resolvieron esperar a la conducción de La Cámpora. Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” De Pedro y Andrés Larroque suelen instrumentar con eficacia las decisiones que toma Cristina Kirchner. Por eso enfriaron los arrebatos de indignación callejera que anticiparon algunos precipitados.
“Vamos a estar predispuestos a lo que haya que hacer. Definiremos el mejor momento, el lugar y el sentido (de la movilización). No podemos darnos por sorprendidos, ni tener expectativas por el fallo. Hay que empezar a construir una respuesta por la positiva, con una respuesta clara para lo que viene”, fue la definición de Larroque. “El Cuervo” suele ser el divulgador más eficaz que tiene el camporismo de las estrategias del kirchnerismo.
“Hay que ser cautos y evitar las provocaciones. Hay algunos de los nuestros que son más proclives a entrar en esas trampas”, afirmó la misma fuente que habló en reserva y anticipó que no se descarta un contacto de alto nivel si hay algún tipo de desborde institucional o incluso en las calles.
El alerta en Juntos por el Cambio no sólo apunta a las reacciones que pueda tener el kirchnerismo con la Justicia, la oposición y los medios -a los que interpreta como el enemigo político que arrincona a Cristina Kirchner- sino incluso a un eventual agravamiento de las internas en el Frente de Todos.
“¿Quién sabe qué puede pasar? Para la lógica del cristinismo, la condena va a exponer que Alberto Fernández ‘no cuidó a Cristina’ y permitió que sea condenada en una causa que ellos dicen que es inventada. Va a ser un escándalo internacional y a alguien van a querer echarle la culpa”, continuó la misma fuente.
Lo cierto es que los tres líderes clave del PRO están cada uno en la suya. Mauricio Macri, en Qatar como presidente de la Fundación FIFA. Patricia Bullrich de recorridas de campaña, entre el interior y el AMBA. Y Horacio Rodríguez Larreta preparando una gira por Washington, adonde viajará con su pareja, Milagros Maylin, que tendrá el objetivo de mostrarse como presidenciable.