Interpol no ha podido cruzar sus huellas digitales ni establecer fehacientemente su identidad. La embajada iraní lleva 7 días sin responder la consulta de la Justicia Federal
Quién es realmente Asan Azad y qué hace en la Argentina. Son dos preguntas que, a diez días de su detención en Entre Ríos, siguen sin una respuesta concreta. El hombre de 28 años permanece recluido en una Comisaría de Concepción del Uruguay, localidad ubicada a 300 km al norte de Buenos Aires, donde el viernes 24 de junio quiso comprar un pasaje de micro usando el documento de un correntino.
Por este hecho, el juez federal Pablo Seró ordenó su detención. Y lo acusó de uso de documento falso, un delito que tiene una pena en expectativa de entre 1 y 4 años. Hasta tanto no se despeje la incógnita sobre su identidad y nacionalidad real, el magistrado no avanzará en las posibles vinculaciones con otras dos investigaciones que salpican al régimen de Teherán: el avión detenido en Ezeiza y las amenazas al periodista George Chaya. El magistrado admitió en diálogo con Infobae que aún busca precisiones.
― ¿Hubo algún tipo de movimiento en la confirmación de identidad del supuesto ciudadano iraní detenido? ¿La Embajada de Irán respondió la consulta que hizo la Justicia argentina?
― Estamos trabajando en todo eso. Aún no tenemos resultados
En medio de la reserva de las actuaciones se pudo confirmar que, hasta el momento, Interpol no pudo obtener ningún dato de esta persona. También se están cruzando sus huellas dactilares con los registros de otros países, pero por ahora el resultado es negativo.
Dos oficiales de la Dirección de Inteligencia de Gendarmería, el comandante Juan Rizutto y el sargento Ariel Vallejos, tomaron los datos biométricos de Azad (huellas, iris y fotos del rostro) tras su detención. Utilizaron equipamiento con tecnología estadounidense para iniciar el cotejo de información con bases de datos internacionales. El primer resultado rápido fue que no aparecían datos filiatorios del detenido.
Sin respuesta
Uno de los elementos que más llama la atención en este extraño caso es el silencio que mantiene la Embajada de Irán ante la consulta que realizó la Justicia Federal a través de la Defensora oficial, Julieta Elizalde, el pasado lunes 27. Ese día, la abogada notificó la detención y el inicio de la causa penal en contra de Azad.
Sin embargo, la representación diplomática no se ha puesto en contacto con las autoridades judiciales, pese a que se trata de un supuesto ciudadano de ese país que está sin documentación, detenido y acusado de un crimen, que es asistido legalmente por la defensoría pública.
A raíz del conflicto por las acusaciones de que funcionarios y ex funcionarios del régimen de Teherán tuvieron vinculación con el atentado a la AMIA, la representación diplomática entre la Argentina e Irán quedó reducida al status de encargados de negocios.
El edificio de Avenida Figueroa Alcorta al 3200 está ocupado por Amir Houshang Karimi, acreditado ante nuestro país el 30 de noviembre de 2020. Previamente fue embajador en Chile (2010 – 2014) y luego subsecretario de Estado (2015). Antes de aterrizar en Argentina, trabajó como asesor del Portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán (2016-2020).
La causa
Azad estará detenido al menos hasta el viernes 8, cuando se cumplan 10 días hábiles de su aprehensión, ocurrida el viernes 24 a las 13 horas, cuando quiso comprar un pasaje desde Concepción a Concordia usando un documento que no era suyo, sino de un hombre de Santo Tomé, Corrientes. Entre sus pertenencias, la Policía halló también el registro de conductor de una persona de El Talar, Tigre.
Pese que afirmó haber llegado en 2016 a Sudamérica, no tiene manejo del castellano y su inglés es rudimentario. Para declarar, se necesitó apelar a un traductor oficial de farsí, el idioma oficial de Irán.
Si para el próximo viernes se logra su identificación fehaciente, podrá ser excarcelado. Pero si esto no ocurre, deberá continuar tras las rejas. En los pasillos de los Tribunales Federales de Concepción reconocen que el caso es altamente complejo y que exige el máximo de cautela.