El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ministra de Educación, Soledad Acuña, presentaron los resultados negativos de dos mediciones pero buscaron diferenciarse de otras provincias
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, junto a la ministra de Educación, Soledad Acuña y el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, presentó hoy el resultado negativo de dos evaluaciones tomadas en séptimo grado y tercer año, que revelaron una fuerte caída en la compresión de textos por parte de los alumnos tras la pandemia, y cuestionó la política educativa a nivel nacional.
“No entendemos esa postura de querer evadir las evaluaciones, es una manera de no ver la realidad, de escaparse; lo que no se mide no se mejora”, señaló el mandatario porteño durante la conferencia de prensa que se realizó en sede gubernamental de Parque Patricio.
En la misma línea se pronunció Acuña: “Los resultados no son buenos, son políticamente incorrectos, pero no por eso vamos a nivelar para abajo, no vamos a eliminar los aplazos ni cambiar el sistema de evaluación para que nos de mejor; no vamos a pasar de grado a los chicos que no tengan los conocimientos esperados en cada etapa y no vamos a engañar a los estudiantes”.
En la prueba de Tercer año de Estudios Secundarios en la Ciudad de Buenos Aires (TESBA), los alumnos perdieron en promedio 18,1 puntos respecto a la última evaluación prepandemia, la de 2019. De manera puntual, se registró una fuerte caída en los saberes de lengua tanto en séptimo grado como en tercer año.Los chicos tienen dificultades severas para comprender un texto.
“No tenemos nada que esconder, los datos son de los ciudadanos y en la ciudad de Buenos Aires son reales; no hay manera de resolver un problema sin conocerlo”, indicó -por su lado- Felipe Miguel, y agregó que “no se evalúa apara estigmatizar a los chicos, sino para preparar un diagnóstico y elaborar un plan para corregir la situación”.
Las declaraciones de los funcionarios porteños se contraponen a la realidad educativa en diversas provincias. Es más, en 2021/2022, al menos ocho distritos impusieron cambios en las normativas con el objetivo de simplificar la promoción al siguiente curso en secundaria.
Santa Cruz fue el caso con más repercusión nacional. A pocas horas del comienzo del ciclo lectivo de este año, el gobierno de Alicia Kirchner definió que todos los estudiantes de secundaria pasen de año sin importar cuántas materias aprobaron. Es decir, incluso adeudando todas las asignaturas los chicos pudieron promocionar.
También a pocas horas de que vuelvan las clases, el ministerio de Educación de Santa Fe resolvió la promoción automática de todos los chicos de primer año. A su vez, para los alumnos de segundo a quinto año de las secundarias técnicas, se subieron a seis la cantidad de materias previas permitidas para avanzar de curso.
En la provincia de Buenos Aires, la Dirección General de Cultura y Educación dispuso que la promoción en secundaria se haga con hasta dos áreas curriculares. Las áreas curriculares agrupan entre 2 y 3 materias (por ejemplo geografía, historia y ciudadanía), por lo cual los estudiantes pueden promocionar adeudando hasta seis materias.
Otro caso fue en La Pampa: a fines del año pasado, el ministerio de Educación pampeano comunicó a las escuelas que la evaluación sería ciclada. Es decir, que se acreditaría en forma conjunta el primer ciclo (primer, segundo y tercer año) y el segundo ciclo (cuarto, quinto y sexto año). De ese modo, se eliminó prácticamente la repitencia.
Lo llamativo de la mayoría de las medidas que adoptaron las provincias es que se desentienden de una resolución del Consejo Federal de Educación, que ellos mismos aprobaron. Todos los ministros habían acordado que, como requisito mínimo para avanzar de curso, los alumnos debían aprobar el 70% de los contenidos priorizados; una selección de saberes considerados elementales en cada materia.